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Dos tercios del presupuesto de Cruces -430 millones- son para pagar al personal. :: FERNANDO GÓMEZ
Osakidetza empieza a cortar por lo sano
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Osakidetza empieza a cortar por lo sano

Cruces es el primer centro público de Euskadi que aplica medidas concretas para «frenar el gasto»La dirección limita el uso de los teléfonos móviles y aplica un plan de ahorro «exhaustivo» en una iniciativa sin precedentes en la sanidad vasca

CARMEN BARREIRO

Sábado, 27 de marzo 2010, 10:32

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Cruces ha cortado el grifo a todos sus empleados, incluido el gerente. El hospital vizcaíno es la primera entidad pública que aplica un «exhaustivo» plan de ahorro para «racionalizar el gasto» en tiempos de crisis. La dirección del centro de referencia de la sanidad vasca ha decidido ir «un paso más allá» dentro de la política de recortes impuesta por Osakidetza, centrada básicamente en la «necesidad» de «contener inversiones» y «negociar a la baja los acuerdos alcanzados con anterioridad». En términos generales, las medidas impuestas por los gestores del complejo baracaldés no son muy diferentes a las que se llevan a cabo en cualquier economía doméstica para llegar a fin de mes.

Una de las primeras decisiones para «frenar el gasto» afecta a la factura telefónica, que asciende a más de 580.000 euros al año. Los gestores del complejo sanitario han retirado el móvil de empresa a cerca de medio centenar de cargos al entender que «no lo necesitaban para el desempeño de sus funciones», mientras que a los 384 empleados que todavía lo conservan se les ha limitado el consumo. Desde el uno de febrero, los teléfonos tienen asignado un saldo fijo mensual de 20, 50 y 90 euros, cuya cantidad varía «en función de las necesidades del cargo». Se trata de una «iniciativa inédita» en la gestión pública vasca, ya que los trabajadores de la administración que disponen de móvil oficial -cargos directivos, en su mayoría- no están sujetos a ningún tipo de restricción.

Desde que la dirección informó a los empleados de que iba a controlar el gasto, el consumo ha caído en picado. Los datos son muy reveladores. La factura correspondiente al pasado mes de febrero apenas alcanzó los 3.000 euros, cuatro veces menos de lo que pagaba el hospital antes de limitar el saldo. El sistema es muy sencillo. Cuando el trabajador sobrepasa el 80% del crédito disponible recibe un mensaje de texto en el que se le advierte de que está a punto de agotar la cantidad asignada, de manera que la dirección económica no recibe sorpresas a la hora de abonar la factura. «Así sabemos en todo momento lo que vamos a pagar», explican.

La política de «racionalización del gasto» afecta también a la telefonía fija. El hospital vizcaíno ha solicitado a la compañía Siemens la instalación de un sistema de registro de llamadas «a través de claves personales», similar al que se utiliza en otras administraciones vascas. La medida permitirá ahorrar cerca de 200.000 euros al año, según los cálculos realizados por la dirección económica. Hasta ahora, «el sistema era abierto». Es decir, cualquiera podía llamar desde los teléfonos del centro sin que existiese un filtro previo. Desde hace unos días, «sólo los profesionales que necesiten utilizar el servicio para su trabajo diario» tendrán una clave que deberán marcar para poder tener línea. Los gestores controlarán las facturas de todos los trabajadores al quedar registrados los movimientos. El nueve sistema ha generado «un profundo malestar» entre los trabajadores al entender que «entorpece el trabajo diario».

El árbol de Navidad

Además del coto a la telefonía, la dirección del hospital vizcaíno también pondrá freno al consumo energético, una partida que superó los 3,7 millones del euros el año pasado. La dirección encargará un estudio al Ente Vasco de la Energía (EVE) para «ajustar el precio» y «optimizar los recursos» en el marco de la política de recortes planteada por el Departamento de Sanidad para «cuadrar uno de los presupuestos más austeros de los últimos años». La sociedad elaborará un «plan de eficiencia energética», que le permitirá ahorrar 800.000 euros anuales en electricidad y gas.

«La eficacia sanitaria no debe estar disociada de la eficacia en la gestión de los recursos, y esto sólo se logra con criterios de austeridad. Se trata de recortar de lo que no es necesario», explica el jefe director económico financiero del hospital de Cruces, Javier González. Un ejemplo muy gráfico. «Hasta ahora la decoración navideña se encargaba a una empresa externa que cobraba 30.000 euros. Este año, sin embargo, han sido los técnicos de mantenimiento del centro los que se han encargado de colgar las bolas y poner las luces. La factura no ha llegado a 3.000 euros.

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