Zapatero desaira a Patxi López y al PNV al forzar la votación del blindaje de Iberdrola

Golpe de autoridad de José Luis Rodríguez Zapatero ante su propio grupo parlamentario, al que impuso ayer el mantenimiento de la fecha prevista inicialmente para debatir y, previsiblemente, aprobar la denominada 'enmienda antiblindaje', desairando así al PNV y a su compañero de partido, el lehendakari, Patxi López. Y golpe de efecto del presidente de ACS, Florentino Pérez, que, con la sorpresiva actuación de Zapatero, se ha anotado una inesperada y temprana victoria -al menos de imagen- en su cruzada por eliminar ya las limitaciones de derecho de voto al 10% aunque la presencia en el capital sea superior, recogidas en los estatutos de grandes empresas como Iberdrola.

En contra del acuerdo logrado el miércoles por todos los partidos del Congreso -incluido el PSOE-, a iniciativa del PNV, para retrasar el debate sobre la polémica enmienda socialista, el presidente del Gobierno obligó ayer a su formación a mantener en la Comisión de Economía el calendario fijado hace tres semanas -el próximo día 24, dos días ante de la junta de Iberdrola- para tratar la iniciativa .

La intervención de Zapatero ha generado malestar incluso en su propio grupo. Pero, ante todo, ha provocado una profunda indignación en el PNV, que tras brindarle esta misma semana su apoyo para sacar adelante la impopular subida del IVA, se ha sentido traicionado por el Gobierno central. De hecho, la formación jeltzale denunció ayer la actitud «caciquil» de Moncloa, en palabras de su portavoz económico en el Congreso, Pedro Azpiazu, «muy enfadado» ante el «rodillo» del Ejecutivo. Una actitud, concluyó, que «dista mucho de la búsqueda de consenso que el PSOE propugna».

La imposición es también un cierto menosprecio al lehendakari, que hace dos semanas se reunió con el jefe del Gobierno para trasladarle su preocupación por los efectos perniciosos que podría tener la iniciativa sobre grupos empresariales como Iberdrola o Repsol (Petronor) ante futuros asaltos hostiles.

A ultima hora

Zapatero adoptó su drástica decisión tras celebrar a primera hora de la mañana una reunión con sus principales asesores y con el ministro de Industria, Miguel Sebastián, según fuentes consultadas por EL CORREO. Éstos le habrían persuadido de la necesidad de mantener la fecha inicial -el 24-, ya que aceptar una nueva dilación tendría un coste muy importante de imagen para el Gobierno. Tras ese encuentro, explicaron los citados medios, Zapatero dio la orden al portavoz del grupo socialista, José Antonio Alonso, para que echara por tierra el aplazamiento pactado horas antes.

La consigna del presidente del Gobierno se escenificó en la reunión de la mesa de portavoces de la Comisión de Economía. A su inicio, el representante del PNV solicitó el aplazamiento, que fue secundado por PP, CiU, ERC y el Grupo Mixto. En ese momento, y rompiendo la tradición de consenso, el presidente de la comisión -el ex secretario general de CC OO Antonio Gutiérrez- aplicó el reglamento de forma estricta y pidió someter la demora a votación: el PSOE impuso su mayoría (3-2) frente a los populares.

Tras la agria polémica y el intercambio de reproches, en la Cámara flotó una pregunta: ¿Por qué el Gobierno actuó así? La respuesta lógica conduce hacia que Zapatero lo hizo porque ya contaría con los apoyos necesarios para sacar adelante la enmienda sin necesidad de esperar más. Todas la miradas apuntan a CiU, cuyo apoyo es suficiente. Y ello a pesar de que su portavoz parlamentario, Josep Antoni Duran Lleida, que lleva el tema «personalmente, aseguró que «no tiene una posición adoptada». El líder catalán dejó claro que «ni mucho menos tengo que pedir permiso a La Caixa» -el segundo accionista de Repsol-.

Al parecer, CiU estaría preparando una enmienda transaccional a la del PSOE que, entre otras cuestiones, plantearía un periodo de carencia de entre uno y dos años para eliminar los blindajes, que la medida sólo afecte a empresa cotizadas y que existan restricciones en caso de firmas familiares que vayan a salir a Bolsa. Los medios consultados explicaron que si esos puntos no son aceptados, CiU votaría en contra.

En algunos ámbitos, el presidente de ACS ha transmitido un mensaje muy claro: tiene garantizado el apoyo del PSOE y de CiU para sacar adelante la conocida también como 'enmienda Florentino'. Por lo pronto, el empresario madrileño exhibió una vez más su capacidad de influencia en el Gobierno. Una intervención que, de cumplirse el guión marcado ayer, podría permitirle presentarse ante la junta de accionistas de Iberdrola del próximo viernes como el ganador de este pulso, aunque el mismo no tenga ningún efecto en su pugna por entrar en el consejo de la eléctrica.