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RUBÉN PRECIADO
Miércoles, 10 de marzo 2010, 19:45
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Temor y precaución. Estas dos palabras pueden resumir el sentir de muchos dueños de perros de Vitoria, tras conocer el envenenamiento de diez canes en los últimos días, de los que cuatro ya han muerto. «Estoy muy inquieta. Hay personas que tienen serias dificultades para convivir con otros animales», señalaba ayer María José Trujillo, en la zona de las Universidades. Se trata de una de las zonas donde cuatro de las mascotas resultaron intoxicadas tras ingerir Tamic, la sustancia tóxica empleada para atacar a las mascotas, y que estaba camuflada entre carne y queso.
Mientras la preocupación crece entre los vitorianos que tienen perro, la Policía Local prosigue la investigación para tratar de localizar al autor o autores de los envenenamientos. «Se han establecido medidas preventivas de vigilancia en parques y jardines. Aun así, necesitamos la colaboración ciudadana», apuntaron sus portavoces. De hecho, ayer mismo varias patrullas de la Guardia urbana vigilaban algunas zonas verdes de la ciudad.
En esos parques paseaban también con cautela muchos propietarios de canes. «Esto es un sin vivir. Por mucho que te pueda molestar un perro, ¿cómo se puede hacer esto? Hay que estar perturbado», subrayaba Nieves Cano, en San Martín. Una inquietud constatada en las tiendas donde se venden objetos para mascotas. «La gente está muy angustiada. Han venido muchos preguntando por lo del veneno tras haber leído EL CORREO», apuntaba Begoña Mulillos, de Acuacan, en la calle Rioja.
Un establecimiento cercanos a otro de los puntos donde el envenador esparció la sustancia tóxica que habitualmente se emplea contra plagas masivas en campos de cultivo. Begoña confirmaba que ayer vendió decenas de bozales y correas extensibles. Lo mismo ocurrió en las clínicas Angulema, Arabacan y Ariznavarra. «Ha llamado mucha gente preguntando por el tema. Además, he atendido a tres perros por problemas de gastroenteritis. Ahora, cuando el perro tiene algún problema su dueño prefiere acudir al veterinario para quedarse tranquilo», destacaba Roberto Pascual, propietario del último local.
Los investigadores policiales no creen que la intoxicación de los perros esté relacionada con las sustancias que utilizan los jardineros que cuidan las zonas verdes de Vitoria. En este sentido, el servicio de parques y jardines no emplea ningún tipo de herbicida desde hace más de un año, tras una petición realizada por el Síndico, por lo que la Guardia urbana descarta que los canes hayan sido envenenados por un error.
Ordenanza de animales
La muerte de perros ha llevado también la preocupación a los grupos municipales. Eusko Alkartasuna instó ayer al Gabinete Lazcoz a que apruebe la nueva ordenanza de tenencia de animales -aparcada en la actualidad- y la adapte a los «nuevos» tiempos. «El hecho de que haya más de diez envenenamientos evidencia la necesidad de disponer de una normativa que endurezca las sanciones contra los autores de estos hechos y los maltratadores de animales en general. Existe un grupo de trabajo que se puso en marcha hace más de año y medio, pero que actualmente está parado», subrayó el concejal de EA, Antxon Belakortu.
Y es que, a día de hoy, la ley es laxa con este tipo de conductas. «Si se coge 'in fraganti' al que envenena a los perros podría ser condenado a tres o cuatro meses de cárcel. Eso, si se le pilla y se demuestra. Estamos ante un enfermo muy peligroso con el que no hay que tener piedad. Un perro es uno más de la familia. Por lo que ademas de cometer un ataque contra él, también se ataca a su dueño», apostilló Martín Martín , portavoz de SOS Vitoria, colectivo que trabaja en defensa de los animales.
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