Vitoria rescata el debate para cobrar un canon como capital de Euskadi

El 23 de mayo de 1980 el Parlamento autónomo aprobó la designación de Vitoria como sede de las instituciones vascas. El nombramiento fue recibido con entusiasmo por la clase política, pero los vitorianos mostraron cierto desapego. Treinta años después, pocos ciudadanos se identifican con ese título y los partidos constitucionalistas exigen que se logre una capitalidad «real».

Por ello, el portavoz del grupo municipal del PP, Javier Maroto, exigió ayer que el Gobierno vasco aporte «un canon anual de 10 millones de euros» al Ayuntamiento por este estatus. Los populares introdujeron esta espinosa cuestión en la arena política a sabiendas de que el alcalde, el socialista Patxi Lazcoz, ha defendido esta misma iniciativa en más de una ocasión, aunque no ha conseguido el respaldo de la dirección de su partido.

La reinvindación de un canon para Vitoria no es, ni mucho menos, nueva. Ya en 1992, la extinta Unidad Alavesa lo reclamó en el Parlamento vasco, aunque su iniciativa fue rechazada por los nacionalistas -PNV, EA, EE y EE-. El PP apoyó la propuesta, pero el PSE se desmarcó con una alternativa propia en la que se planteaba dar un tratamiento financiero especial a las tres capitales vascas. Y eso que el líder socialista de Álava -Javier Rojo- había defendido con contundencia la medida.

Mucho después, en marzo de 2001, los grupos municipales del PP y el PSE -encabezados entonces por Alfonso Alonso y Jesús Loza- dieron un paso adelante al rescatar el controvertido canon. No sólo se refirieron a la contraprestación, sino que aportaron una cifra: «Seis millones de euros» al año para Vitoria por ser la capital vasca.

La propuesta naufragó, de modo que el nuevo portavoz socialista en el Ayuntamiento y por entonces candidato a alcalde, Patxi Lazcoz, decidió volver a la carga en 2006. En diciembre de aquel año elevó la cifra anual a «21 millones de euros». En abril de 2007, a quince días del inicio de la campaña electoral para los comicios municipales y forales, el PSE presentó una pulsera roja de plástico que repartió entre los ciudadanos en la que se podía leer el mensaje 'Vitoria-Gasteiz + Capital'.

La frase de Agirre

Lazcoz ganó esas elecciones y en lo que lleva de mandato ha repetido a los cuatro vientos que Vitoria «es la capital de Euskadi». A su vez, ha conseguido que la ciudad celebre esa efeméride por tercera vez consecutiva en 30 años. En cambio, su discurso a favor del canon se ha desinflado porque no convence al Gobierno vasco. Ni al de Ibarretxe -algo previsible- ni al actual de López. Eso sí, la dirección del PSE ha decidido volcarse con Lazcoz en lo que resta de legislatura para apoyarle económicamente en sus grandes proyectos. «Lo del canon lo teníamos aparcado por falta de consenso en el Ayuntamiento», remarcaron ayer sus portavoces.

La semana pasada, en la histórica firma del protocolo institucional para impulsar el soterramiento del tren a su paso por Vitoria, el alcalde contó con la presencia del ministro de Fomento, José Blanco, y ni siquiera mencionó el canon. Minutos después, el diputado general, el peneuvista Xabier Agirre, sorprendió al deslizar en su discurso la siguiente frase: «Conectar Vitoria con la red europea será el mejor canon, alcalde, que podamos cobrar».

Puede que el popular Javier Maroto, presente en la cita, tomara nota de ello. Ayer, el edil exigió 10 millones anuales para hacer «infraestructuras de capital» y criticó que la última campaña turística del Gobierno vasco «elija al Athletic de Bilbao y a la cocina de Arzak como símbolos y dé la espalda a Vitoria como capital de Euskadi».

El resto de grupos criticaron el «electoralismo» del PP. El PSE insistió en «buscar el consenso» y agregó que la iniciativa sería «ilegal» porque no está prevista en las cuentas del Parlamento. En este sentido, PNV y EA replicaron con sorna que «si el PP quiere el canon y ha pactado los Presupuestos vascos con el PSE, ¿por qué no lo ha incluido?».