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Ekaitz Sirvent.
Los asesinos ilustrados
CARTA DE SIRVENT A IBON GOGEASKOETXEA

Los asesinos ilustrados

O. B. DE O.

Lunes, 1 de marzo 2010, 03:52

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En su último comunicado, fechado el 31 de diciembre de 2009, ETA afirmaba: «La lucha es amarga, pero bella». Esa fascinación por la violencia de una forma no sólo práctica sino también estética permitió atribuirle el comunicado al ahora detenido Ibon Gogeaskoetxea, 'Emil', ex periodista de Egin y ex guionista de televisión. Un jefe etarra en el que la obsesión por cometer atentados y reorganizar de forma más eficaz a la banda terrorista se mezclaba con la afición a la literatura, la filosofía, los discos de Leonard Cohen y Nick Cave, además películas como 'El Club de los Poetas Muertos'.

Las fuerzas de seguridad han reconstruido la personalidad del hasta ahora máximo responsable de ETA a partir de cartas personales incautadas al que fuera jefe político de la banda y responsable del aparato de falsificación, Ekaitz Sirvent. Este último, detenido en abril de 2009 en la estación parisina de Montparnasse, viajaba con cientos de documentos digitalizados y guardados en varios discos duros. Las fuerzas de seguridad han tenido acceso de ese modo misivas personales dirigidas a 'Emil' en las que Sirvent mezcla la discusión filosófica con cuestiones gastronómicas.

En una de estas cartas, los dos dirigentes de ETA hablan de un mal momento vital, sin aclarar si se trata de una cuestión personal o derivada de la situación operativa de la banda terrorista. Sirvent aconseja a 'Emil' una serie de iconos literarios, tras recordarle que muchos están inspirados por él: «La búsqueda de los impulsos para tirar para adelante en los momentos de convocatoria (Badiou). La importancia de ser constante (Oscar Wilde). Creer en las nuevas fuerzas que se están acercando (Kafka). Y, aunque ignoremos cómo está hecho el final», continúa Sirvent, «siempre ir sonriendo, con una gran y trágica falta de seriedad».

Fondo ideológico

En opinión de las fuerzas de seguridad, Gogeaskoetxea es bastante diferente a otros líderes de la banda que habían pasado de la 'kale borroka' a los 'comandos' y de éstos a la dirección etarra, sin apenas formación ni preparación. 'Emil', -algo parecido pasaba con el ahora encarcelado Mikel Antza- cuenta con una preparación teórica y con un fondo ideológico del que carecían otros dirigentes etarras.

En este sentido, a Sirvent y a 'Emil' se les atribuyen documentos como uno en poder de la Policía que analizaba el papel de los 'grupos Y' . En él se propone un golpe de timón, con menos acciones y más selectivas, en busca de una eficiencia que garantizase su futuro. Algo que hasta ese momento no se había planteado ETA. Los dirigentes etarras reconocían tener «una militancia muy poco formada» por lo que apostaban por buscar cuadros mucho más preparados intelectualmente que permitieran superar una situación en la que, según el texto, «la distancia de ETA con el pueblo es insostenible».

En ese contexto, Sirvent y 'Emil' mezclaban en sus textos la práctica con la filosofía. Sirvent, en una carta en la que realiza un balance del aparato de falsificación etarra, se refiere una discusión ideológica, y asegura que «cuando se dice que la democracia y el capitalismo son imposibles de diferenciar, se viene decir los mismo que el 'capitalo-parlamentarisme'». «Leí tu aportación también desde la misma línea. Pero tu versión es demasiado filosófica. Demasiado conceptualizada», le reprocha a 'Emil' su interlocutor.

Esa actitud se mezclaba con una vida disoluta que contrasta con la dureza que se le supone a la clandestinidad. Sirvent recuerda una comida preparada por 'Emil' consistente en «chuletas de cerca con paprika, ajo picado y miel» y explica sus paseos por un pueblo francés, en el que se sienta en las terrazas a leer libros del premio Nobel turco Orhan Pamuk y a fumar en pipa «con apariencia de burgués».

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