Alcácer no entiende de trámites

Un gran gol de cabeza de Paco Alcácer despertó a los búlgaros de un sueño y permitió al Valencia sellar una clasificación todavía más holgada para cuartos de final la Liga Europa, su primer objetivo de la temporada al estar ya a ocho puntos del séptimo en su decepcionante torneo de la regularidad. El buen delantero de Torrente cabeceó un centro del argentino Fede Cartabia y demostró que es absurdo gastarse dinero en delanteros que poco aportan, tipo Hélder Postiga, cuando en la cantera existen diamantes que conviene pulir.

A pesar de que todo se decidió en Sofía, el Ludogorets planteó un partido duro y con presión alta para tratar de intimidar a un Valencia cogido con alfileres en defensa. Los de Pizzi salieron airosos porque actuaron con intensidad y respeto al adversario. Cumplan o no sus retos de aquí a final de curso, es indudable que los de Mestalla han crecido con el exigente técnico hispano-argentino. Con Djukic eran un caos y ahora forman un equipo bastante ordenado competitivo.

Faltó continuidad en el primer tiempo. Numerosas faltas y tarjetas mostradas por el colegiado griego. Una de esas amarillas le costó muy cara a Javi Fuego, ya que se pierde la ida de cuartos. Los locales estuvieron bastante firmes atrás, pero les faltó claridad en ataque. Su mejor ocasión no llegó hasta el descuento, merced a un soberbio lanzamiento de falta de Parejo, que estrelló el balón en el travesaño. El Valencia dominó más en la segunda mitad, aunque Alves, que paró un penalti en la ida, volvió a realizar alguna intervención colosal como el disparo a bocajarro que le sacó al esloveno Bezjak. Antes, el excelente testarazo de Alcácer había acabado con toda emoción. Mala suerte para Gayà, el joven defensa canterano de 18 años que se marchó con molestias musculares después de completar un partido notable.