Unicef denuncia que la ayuda al desarrollo cae un 62% por los recortes

La ayuda oficial al desarrollo ha caído desde hace cuatro años un 62%. El drástico recorte ha llevado al comité español de Unicef a dar la voz de alarma y a subrayar que ello convierte la cooperación en una de las partidas del gasto público más por castigadas por el ajuste presupuestario. Si se toma el año de 2012, España se coloca en el último lugar de países donantes de la OCDE, solo por delante de Italia.

El auxilio a los países pobres a veces se explica por cuestiones éticas. Pero como explica Gonzalo Fanjul, investigador sobre la cuestión, los hechos demuestran que solo por el interés propio la cooperación es rentable. Los programas de inmunización -desde la administración de vacunas a la investigación de nuevos tratamientos- garantizan un retorno económico equivalente. Además, en una época en que la imagen de España se deteriora de manera acelerada, la ayuda al desarrollo fortalece el prestigio de la nación donante.

Las contribuciones españolas al Fondo Mundial contra la Malaria hicieron posible salvar la vida de 100.000 niños y evitar que otros 39 millones contrajeran la enfermedad entre 2007 y 2011.

Mozambique es un buen ejemplo de lo que puede acabar con un tijeretazo desorbitado. El país subsahariano, rico en aluminio, carbón y gas, no puede sin embargo garantizar la salud de sus habitantes. Según el informe 'Una vacuna contra la pobreza', España colabora desde hace más de tres décadas con Mozambique, que pese a ser el tercer país más pobre del mundo ha conseguido reducir a la mitad en los últimos quince años la tasa de mortalidad infantil. Todos esos logros pueden irse al traste.

En la actualidad, el país experimenta un crecimiento económico del orden de 8% gracias a sus materias prima, si bien un tercio de sus recursos sigue proviniendo de la ayuda exterior. El país, tras años en que ha gozado de la ayuda española, se ha erigido en trampolín de la estrategia de España contra las enfermedades olvidadas.

"La cooperación Española ofrece a la población local una salud de calidad y al conjunto del planeta la oportunidad de realizar investigaciones aplicadas en ámbitos como la malaria, el SIDA y la salud materno-infantil", dice el estudio. Por añadidura, España apoya la plataforma médica y científica del Centro de Investigación en Salud de Manhiça (CISM), que abrió sus puertas con fondos nacionales en el año 1996.