El Mallorca no despega

El Mallorca no ha podido pasar del empate ante el Levante en el Iberostar (1-1), en el partido correspondiente a la trigésimo cuarta jornada de la Liga, después de que un gol de Acquafresca igualara el tanto de Hemed para los valencianos, dejando un reparto de puntos que mantiene a los de Manzano como colistas una semana más.

Tras la dolorosa derrota ante el Zaragoza, volvía el Mallorca a su casa con el único objetivo de intentar aprovechar el pinchazo del Celta y tomar oxígeno en la tabla. Enfrente, un Levante más pendiente de lo extradeportivo que del césped esta semana, saltó al Iberostar con pocas ganas de proponer fútbol.

Ante la pasividad del rival, el Mallorca salió en tromba hacia la portería de Keylor Navas y, después de un par de tímidos avisos, un balón en la frontal del área terminaba finalmente en los pies de Hemed, que acompañó la jugada por la derecha para firmar el primer gol en la mañana insular, en el minuto siete.

Por delante en el marcador, la grada bermellona veía como el acoso de su equipo no cesaba ante un Levante que hacía aguas en el centro del campo, y que además sufría la lesión de Barkero, a quien sustituyó Míchel. Sin embargo, no pudo aprovechar sus buenos momentos el Mallorca, que fue de más a menos, permitiendo a los valencianos equilibrar la balanza sobre el césped.

Igualas las fuerzas, el Levante conseguía también empatar el partido en el electrónico tras un centro desde la derecha de Pedro Ríos, que lograba pasearse por el área tras los fallos de Anderson y Geromel, para terminar en la cabeza de Acquafresca, quien no perdonó en el 42.

Tras el jarro de agua fría, el Mallorca agrandaba su enfado antes del descanso al protestar una mano dentro del área de David Navarro que terminó en fuera de juego en su contra. Ya en la segunda mitad, los de Manzano volvieron a tomar el pulso al encuentro para lanzarse a por los tres puntos.

Volcados sobre el área de Navas, los mallorquines no conseguían acertar de cara a puerta, desaprovechando primero Víctor un buen cabezazo antes de que Pina rematara raso, y a un lado, un balón en la frontal del área. Optando por el juego directo de colgar balones al área, el precipitado y nervioso equipo de Manzano comenzó a notar las urgencias.

Así, los últimos diez minutos de partido transcurrieron con un Mallorca totalmente volcado que desprotegió la retaguardia para intentar aprovechar el último cartucho. Con el Levante conforme con el empate, no pudo sin embargo el Mallorca encontrar el gol de la victoria y el pitido final decretaba finalmente el reparto de puntos.