El Madrid deprime al Atlético en un derbi infame

Décima victoria consecutiva del Madrid en el derbi capitalino y séptima en el Calderón, donde no dan crédito a lo que ocurre todos los años desde 1999, cuando el Atlético logró su última victoria. Eran tiempos de Ranieri y de Toshack, del curso del descenso al infierno de los colchoneros. El de anoche fue un duelo intenso pero bajo mínimos en lo futbolístico, en el que se impuso el grupo con más oficio, contundencia en las áreas y, sobre todo, menos nervios y ansiedad. Los de Simeone, esta vez sin cintura táctica y lento en los cambios, ya que renunció a las bandas y recurrió demasiado tarde a Adrián, le pusieron más garra, pero fueron un grupo impotente. Y los de Mourinho, deprimidos por su humillación en Alemania y más pendientes del milagro en su gran cita del martes, se limitaron a aprovechar sus ocasiones y a cerrar filas con un Albiol pletórico. De cara a la gran cita que se avecina, la final de Copa del 17 de mayo, los del Manzanares quedan tocadísimos, convencidos quizá de que para ellos es misión imposible derrotar al eterno rival. Da igual que marquen nada más empezar y que no comparezca Cristiano.

Con su once tipo, salvo la inclusión de Raúl García en lugar del lesionado Arda Turán, sin cuyo toque, pausa y magia se empequeñecen los rojiblancos, el Atlético disfrutó del arranque soñado frente a un eterno rival cogido con alfileres, sobre todo en la zaga. Sí, porque Mourinho se dejó a un tocado Cristia fuera de la convocatoria y diseñó un once experimental en el que solo repitieron tres de los titulares en Dortmund:Diego López, Pepe, aunque en el Calderón ejerció como mediocentro, y Khedira. Salvo los canteranos Nacho y Morata, todos son jugadores contrastados que serían la envidia de cualquiera, pero ni por asomo puede hablarse de un Madrid con mayoría de titulares.

En su primera aproximación se adelantaron los del Manzanares. Máximo provecho a una defensa lamentable de un balón parado. La zaga adelantó la línea a destiempo y Nacho se quedó. El portero erró en el despeje del tiro intencionado de Koke, Godín centró solo y Falcao, que había arrancado la jugada en fuera de juego posicional, cabeceó a placer. Noveno gol del colombiano al portero gallego en cinco partidos. Explosión de júbilo en los colchoneros, confiados entonces que que este año sí era posible vencer e incluso golear. Pero se hizo el silencio en las gradas solo nueve minutos después. Di María lanzó una falta y el balón entró mansamente tras rozarlo Juanfran y desorientar a Courtois. Vuelta a empezar.

Se agotó el primer tiempo sin un par de pases buenos que apuntar en la libreta. Constantes faltas de unos y otros, carrusel de tarjetas, pelotazos al cielo y mínimas oportunidades. La más clara la tuvo Benzema, tras una pérdida de balón de Mario Suárez que aprovechó Di María para arrancar y brindar un gran pase al francés. Courtois estuvo espléndido. En el otro lado, mucho vértigo pero nula precisión. Falcao y Costa se perdieron en sus correrías y solo en la estrategia hubo sensación de peligro. Godín la tuvo de cabeza, pero remató casi más cerca del córner que de la portería. Puro despropósito.

El Atlético salió fuerte en la reanudación. Más dominio, pero incapacidad para poner contra las cuerdas a un Madrid que despreciaba al balón y era un grupo desgobernado. Tampoco lo necesita para acabar segundo. En su tercera llegada, marcó el segundo. Excelente pase de Karim, calamitoso hasta entonces, y enorme zurdazo de Di María. Ya con ventaja, Mourinho apeló al orden con Xabi Alonso. Simeone, muy tribunero en sus gestos toda la noche, solo reaccionó con todo perdido. Al Madrid le sobró con su oficio, su pegada y su autoconfianza para sellar su enésimo triunfo ante su rival favorito de la Liga.