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Cañellas (i) lucha la posición con el lateral de Dinamarca Mikkel Hansen. / Ef
Juan Carlos Pastor:«Cañellas y el equipo»
BALONMANO | COMENTARIO

Juan Carlos Pastor:«Cañellas y el equipo»

REDACCIÓN

Martes, 29 de enero 2013, 09:58

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En primer lugar, mi más sincera felicitación a Valero Rivera, a todos y cada uno de los jugadores de la selección y a todo el balonmano español. El Mundial es el triunfo de todos. Dos factores previos a la final se han definido perfectamente en los primeros treinta minutos: Saber si los daneses aguantaban la presión de ser favoritos y saber si jugar en casa podría igualar la final.Y en ambas cuestiones, España ha dado con la respuesta. El tiempo muerto de los daneses a los cuatro minutos; la intimidación de la defensa hispana o la superioridad danesa a los doce minutos que acaba con 1-0 a favor de España, fueron síntomas claros de que Dinamarca estaba noqueada.

La enorme diferencia en el marcador es el reflejo de lo diferente que puede ser jugar lejos o en casa, como ocurre en muchas ocasiones en las competiciones europeas. Un acierto crucial fue colocar a Cañellas como central. Le otorgó más orden, criterio, disciplina y potencia a la dirección de juego. Otro acierto fue colocar a Aguinagalde entre el 2-3 del lado derecho. Además, Dinamarca cambió su táctica defensiva, la hizo más individualizada y España sacó provecho. Tampoco en ataque los daneses fueron hacia adentro y se dedicaron a jugar desde fuera lo que facilitó la defensa española. Ni un solo contragolpe danés en la primera parte. Tras el descanso Dinamarca no reaccionó, le faltó carácter y eso en una competición tan exigente se paga muy caro. España ya era imparable. Esta final fue casi idéntica a la que jugamos en Túnez en 2005, donde Croacia partía entonces como máxima favorita y a la que también arrollamos en la primera parte. Un recuerdo especial para Alberto Entrerríos y a Albert Rocas, que repiten título.

En cuanto al Mundial 2013, organizativamente ha sido un éxito, con los pabellones bastante repletos de público. Ojalá que sepamos vender este extraordinario éxito para hacer subir al balonmano español, algo que se desaprovechó en 2005.

Dos fechas claves para España: 18 de enero, Francia pierde con Alemania; 19 de enero, Croacia gana a España. Estos dos partidos facilitaron el camino de los hispanos hacia la final. En el cuadro de honor han estado los de siempre, quizás con la única inclusión de Eslovenia, una sorpresa que difícilmente podrá repetir. Esperaba mucho más de Rusia, a la que le falta carácter para afrontar los partidos complicados y Polonia.

Este Mundial ha demostrado, y especialmente con el triunfo de España, que el balonmano es un deporte de equipo. Las estrellas están muy bien, pero el juego de conjunto es el auténticamente decisivo. Ahí está el título español para refrendarlo.

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