Ficha técnica
Información Mide
Una de sus rutas de acceso tradicionales y más interesante parte del puerto de Otzaurte y transita por el túnel de San Adrián, al sur de la sierra. Esta opción permite conocer tanto la calzada medieval construida sobre la antigua vía romana de Astorga, en su tramo entre Zegama y Salvatierra, como el túnel natural bajo el collado de Lizarrate, refugio de la ermita que le da nombre y de innumerables leyendas. Como la que afirma que la única ocasión en que el Rey Carlos V se inclinó fue aquí, para flanquear la angosta boca oeste.
La pista de Beunda, que parte del alto de Otzaurte y lleva hasta el refugio de San Adrián, nos deja en la misma base del túnel. La marcha comienza en una gran curva a la izquierda, donde una valla indica la ruta al túnel y al refugio. Los dos caminos que allí nacen nos llevan a la boca este de la oquedad.
El de la derecha da un amplio rodeo por el refugio antes de enfilar la calzada, mientras que el de la izquierda gana metros más rápidamente afrontando por un hayedo el desnivel hasta las inmediaciones del túnel (0h.15').
Cruzamos el mítico túnel para adentrarnos en el corazón del macizo. Llaneamos unos metros más por la vía medieval hasta que tuerce hacia la izquierda (0h.20') junto a los restos de una borda, un túmulo prehistórico y una cruz de señales que marca la ruta. Seguimos por la derecha una senda pedregosa que inmediatamente comienza a ganar altura, a la vez que se adentra en el hayedo. El tramo por el bosque es tan bello como exigente, con desniveles duros y sostenidos apenas alternados por pequeños rellanos que permiten recuperar el resuello.
Siempre por la senda, profusamente señalizada, salimos del hayedo a buena altura (0h.55'), por encima de los 1.300 metros, camino del collado por el que accederemos al cresterío (N). Seguimos para ello el camino que asciende por el roquedo, llega a una pequeña meseta entre los riscos, donde vemos las primeras cruces del Calvario, y sube de nuevo por un espectacular balcón natural hasta el paso de Mandobide (1h.10').
Afrontamos ya el tramo final por el cresterío, aunque antes deberemos ascender un amplio canal, llanear entre peñascos y remontar la cuesta definitiva hasta la ermita y el refugio, unos metros por debajo de la cruz cimera (1h.25'). A nuestros pies, en cada vertiente, las vertiginosas vistas sobre Zegama y las campas de Urbia nos dan una idea de las dimensiones de este macizo. En el amplio horizonte se dibujan las principales cumbres vascas e, incluso, el Pirineo, aunque Aralar y el Txindoki son los que más atraen a la vista.
Sólo resta retornar al punto de origen, aunque por el camino podemos disfrutar un poco más de este abrupto cresterío ascendiendo las dos cotas buzonadas (Aiztontor Altua) que existen camino del collado. Un vertiginoso descenso por el hayedo nos devuelve al túnel y, poco después, a la pista (2h.35'). Si decidimos comenzar la marcha en el puerto de Otzaurte, transitaremos por la senda de Anabaso y habrá que añadir 1h.15' a la ascensión y otro tanto a la bajada.