La Peña del León es uno de los picos más característicos de la sierra Toloño/Cantabria, el agreste murallón que hace posible ese microclima que ha convertido a La Rioja Alavesa en una de las mejores zonas vinícolas del mundo. Su perfil de colmillo adquiere toda su dimensión si se observa desde el Sur, escoltado por esos "dientes" menores conocidos como Los Husos. Los accesos más directos parten de Villaverde (Norte) y Kripan (Sur), los dos núcleos habitados que se sitúan en su vertical. Sin embargo, desde el más lejano Bernedo, y más concretamente desde el Santuario de Okon, parte un camino tradicional que lleva también a la cima a través del San Tirso y permite recorrer todo este sector del cresterío de la sierra.La caminata comienza en el mismo aparcamiento del santuario, situado a un kilómetro de Bernedo, en el paraje conocido como Soto de Okon. El origen de esta ermita se pierde en los tiempos y las primeras referencias escritas datan del siglo XI. Luego, en la Baja Edad Media, cayó en el olvido para resurgir en el siglo XVII.Un poste que indica la ruta del calero y las carboneras nos indica la ruta a seguir. Ascendemos por la senda unos metros hasta desembocar en el camino del GR-1 (Sendero Histórico), que tiene en Bernedo el inicio de su cuarta etapa alavesa. La ruta no ofrece dudas y recorre en diagonal toda la vertiente Norte de la sierra hasta su cresta. Gana altura por el hayedo a través de un bonito camino alfombrado de hojarasca, dejando atrás los desvíos a una carbonera y al Puerto Nuevo. Más arriba, llegamos a una bifurcación en la que el GR-1 sigue su camino (dcha.) a Villafría y Lagrán (0h.25"), por donde volveremos. Pero nuestra ruta se dirige ahora hacia las alturas del San Tirso, siempre por el hayedo.La siguiente referencia es el desvío a los puertos de Palo y Montorte, que obviamos para continuar por una senda más estrecha que se adentra en un frondoso bojedal. También pasaremos de largo por el desvío al portillo de Kripan antes de desembocar por fin en en cresterío justo a los pies del inconfundible y característico Bonete de San Tirso (1h.00"). Siguiendo la senda del cordal (dcha.), nos dirigimos al cercano San Tirso, en cuya base, aprovechando una oquedad, se encuentra la ermita que le da nombre. Desde ella, una senda se encarama por el roquedo hasta la cumbre (1h.20").

La Peña del León se exhibe altiva. Realizamos la aproximación recorriendo el cresterío, aéreo en algunos tramos pero sin dificultad alguna y acompañados de los buitres, cuyos vuelos rasantes pueden llegar a impresionar. Tras superar el portillo de Ponterba, el cordal remonta sin dilación hasta el vértice geodésico y el buzón de la Peña del León (2h.15"). Las vistas son de las que recompensan el esfuerzo.En vez de volver sobre nuestros pasos, vamos a continuar por la divisoria hacia el puerto del Toro, ancestral nexo que unía Norte y Sur y paso clave en la Ruta del Vino y el Pescado (GR-38). Un sendero que conviene no perder nos guía los pasos por la cresta, que a partir de la Peña del León se encrespa notablemente. Evita los pasos más complicados dejándose caer unos metros hacia la vertiente norte. Al final, el camino entra en terreno tupido donde serpentea entre hayas y bojes antes de alcanzar el portillo (3h.10").Ya por camino diáfano, las balizas del GR-38 nos dirigen en dirección a Lagrán hasta la confluencia con el GR-1, que seguiremos de vuelta a Bernedo. Por el camino, desecharemos los desvíos a Villaverde y Villafría y soportaremos el estropicio que han hecho en la pista los camiones de una reciente entresaca, antes de confluir con el camino de subida, por el que retornaremos a Okon (5h.00").