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Imagen de la playa real y arriba la del folleto hotelero.
Hoteles que no cumplen lo que prometen
trucos de los folletos

Hoteles que no cumplen lo que prometen

Una página web muestra las argucias fotográficas de los folletos para hacer que alojamientos del montón y habitaciones sin vistas luzcan como enclaves paradisíacos

MARTA MADRUGA

Viernes, 28 de marzo 2014, 08:07

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Relajarse en una playa solitaria con arena blanca y aguas cristalinas, disfrutar de un vasto menú que hace salivar a cualquiera de un solo vistazo o alojarse en una habitación que podría albergar una final de fútbol en el espacio sobrante entre la pared y la cama... Escenas como estas son las que ofrecen los folletos de viajes, pero ojo, que no es oro todo lo que reluce. Ese es el mensaje que intenta transmitir la página web Oyster, cuyos creadores se han armado de una cámara de fotos y muchas llaves de hotel para erradicar los espejismos. Como si de un ejercicio de 'busca las diferencias' se tratase, la página web muestra las imágenes de los catálogos junto a las que ellos mismos han tomado, intentado imitar el ángulo y el momento de la foto. La conclusión es que, en la mayoría de los casos, de la realidad a la ficción hay un mundo.

Mientras no compruebe en sus propias carnes el engaño, conocer las tretas de las agencias de viajes y complejos hoteleros para vender sus productos puede ser un buen pasatiempo. Chicas muy sensuales que distraen de la verdad a golpe de tanga, ángulos imposibles que hacen que piscinas de cinco metros aparenten la longitud de una pista de aterrizaje, filtros que reflejan un agua demasiado azul y un follaje demasiado verde, o playas solitaras de arena fina en las que, en la realidad, apenas se aprecia el color de la arena porque están cubiertas en su totalidad de hamacas y sombrillas. Vamos que la destreza de los fotógrafos es mayúscula para convertir un dos estrellas en cinco.

La chica sexy que siempre está de vacaciones

Si una de las argucias se ha convertido en un tópico, es la de la 'tia buena'. No hay folleto que se precie que no muestre una belleza exótica en bikini nadando con garbo imposible en una piscina minúscula, bebiendo un mojito de un color vibrante, o poniéndose a punto -sin dejar de sonreir- en las instalaciones deportivas del hotel, que por lo general parecen gimnasios de última generación y son, en realidad, cuatro máquinas en una esquina. La decepción es que, como habrán imaginado, esa chica parece estar en huega en las fotos reales y sin ella el entorno se vuelve menos cálido de lo que parece en los catálogos.

Disfruta de... ¿tranquilidad?

La otra gran estafa, la de transmitir una serenidad imposible de disfrutar en el entorno real. En la mayoría de los casos que aparecen en la web, si espera llevar a su pareja a esa solitaria cala que aparece en el catálogo para disfrutar de un momento de intimidad amorosa, desista. En realidad estará acompañado por cientos de parejas que esperaban hacer lo mismo que usted, por no hablar de familias enteras con niños gritones, la abuela, la sombrilla y la nevera. Ni tranquilidad, ni buena comida. A la hora de elegir menú, más vale dejarse guiar por un olor que por mil fotografías. La web muestra también un gran número de instantáneas en las que aparece un menú propio de una bacanal romana que poco o nada tiene que ver con una bandeja llena de fritos, insípida lechuga, o filetes de sospechosa procedencia.

En fin, que si se busca una reseña veraz, lo mejor es recurrir a páginas como estas, con críticas especializadas, o a la experiencia de familiares y amigos para evitar sustos.

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