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FOTOS Y TEXTO: MIRIAM COS
Lunes, 8 de julio 2013, 14:16
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Mientras caminas el verde te rodea. Los olores son inexplicables. El paisaje lo envuelve todo. Naturaleza de una viva espectacularidad aparece a cada rincón del camino. Fotografías pictóricas quedarán en el recuerdo con sus lugareños, nieblas y amaneceres. Seguramente, hace unos doce siglos, el rey Alfonso II opinó lo mismo tras ir al encuentro de la tumba del apóstol Santiago el mayor. La había descubierto un joven ermitaño, llamado Pelayo, tras seguir una estrella posada sobre el monte Libredón.
Desde Oviedo hasta Melide, donde el Primitivo se une con el famoso Camino Francés, la experiencia resulta inolvidable. Poco recomendable para los que no están acostumbrados a andar por terrenos abruptos, es una de las menos transitadas de las rutas a Santiago, aunque eso sí, una de los más bonitas. Cargada de empinados repechos y bajadas de infarto, es un castigo para las piernas, aunque aquellas tierras y sus lugareños hacen olvidarlo.
El camino da comienzo en la plaza de la Catedral de San Salvador de Oviedo, a la sombra de la estatua de la Regenta, para adentrarse en todos los concejos de la zona occidental del Principado: Las Regueras, Grado, Salas, Tineo, Pola de Allande y Grandas de Salime. Cada lugar tiene algo que destacar: los anaranjados amaneceres en el Alto del Escamplero, dejando atrás Grado, la colegiata renacentista de Santa María la mayor en Salas y el alto de Tineo, desde donde se observa todo el valle. Al final, el gran embalse de Grandas de Salime, la última parada asturiana, rodeado de un paisaje que más bien parece llegado del futuro, con edificaciones abandonadas.
Tras dejar atrás Grandas, el camino se adentra en la provincia de Lugo, con el primer albergue en Fonsagrada. A partir de aquí sólo quedan tres etapas para unirse al Camino Francés, que parte de la localidad francesa de San Juan Pie de Puerto, y es uno de los más transitados. El paisaje se vuelve más llano y, aunque sigue siendo espectacular, tiene algo que envidiar a los montes asturianos.
Hospitales
Entre Tineo y Grandas de Salime encontramos una ruta de atajo. El camino más frecuentado lleva por el famoso Puerto del Palo, pero lo que debería llevar dos días puede acortarse en uno. Totalmente desaconsejado con mal tiempo, este trozo del camino asciende hasta los 1.300 metros por paisajes que más bien podrían parecer sacados de cuento.
Conocido como 'Hospitales' por albergar las ruinas de algunos de ellos dedicados a los peregrinos, es la etapa originaria por donde anduvieron los primeros camineros. Mucha gente realiza esta complicada variante con la esperanza de ver osos pardos, puesto que muy cerca se encuentra el Parque Natural de Somiedo. Otros, simplemente se mueven llevados por la belleza del lugar, copado de animales salvajes y pura naturaleza.
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