La banca mejora sus beneficios en el arranque de 2014 y gana oxígeno

Todos los indicadores suelen circular de forma más o menos acompasada. Con algún decalaje en el tiempo, pero con una trayectoria paralela en el medio y largo plazo. De ahí que a la evolución favorable del PIB y de la prima de riesgo le sigan ahora otros muchos indicadores. Es el caso del comportamiento de los beneficios de la banca española, sector cuya debilidad ha sido clave en la última etapa de crisis económica, que comienzan a tener un signo positivo.

Apenas hay una muestra de resultados del primer trimestre del año, pero sirven para evidenciar que la tendencia es buena. Bankinter ha visto como su beneficio entre enero y marzo crecía un 19% en comparación con el mismo periodo de 2013; el resultado del Sabadell, que tenía mucho que mejorar, ha crecido un 58% y aunque los datos de CaixaBank son aparentemente malos -un descenso del 54% en el resultado neto-, un análisis más detallado desvela que no es del todo así. La entidad catalana anotó el pasado año importantes resultados extraordinarios, tras la incorporación a su perímetro de consolidación del Banco de Valencia, y ese efecto coyuntural se ha terminado. En el primer trimestre de este año, sin embargo, su margen de explotación ha mejorado un 22,5%, lo que indica que la 'máquina' de generar recursos vuelve a estar engrasada.

Son apenas una muestra. En la semana que está a punto de comenzar serán los grandes bancos quienes desvelen sus resultados, pero la evolución del mercado bursátil en las últimas semanas ya apunta que el mercado financiero apuesta por la recuperación de las cuentas de resultados del sector y de forma generalizada. Eso, salvo momentos de aparente depresión transitoria, como la que se vivió en la Bolsa española el pasado viernes.

Las razones son múltiples pero encajan en la tesis de que estamos en el punto de inflexión, en el principio de la recuperación de la actividad tras una dura recesión. La morosidad de los clientes de la banca se ha desacelerado y todo parece indicar que si no ha tocado suelo está a punto de hacerlo, por lo que los créditos fallidos comenzarán a reducir su impacto negativo en los beneficios. Tras varios años de provisiones aceleradas por el deterioro de sus activos, las entidades financieras quizá no estén en 2014 en posición de "desprovisionar", pero al menos sus dotaciones para este tipo de insolvencias potenciales se van a moderar de forma significativa. El consejero delegado del Banco de Sabadell, Jaime Guardiola, se mostraba la pasada semana esperanzado en que la morosidad deje de ser un problema agobiante. El dato publicado por el Banco de España, que apuesta por un crecimiento del PIB nacional del 0,4% en el primer trimestre, permite pensar que la creación neta de empleo puede comenzar en breve. Comportamiento del empleo y tasa de morosidad son dos variables que van siempre unidas.

Otra cosa es que los accionistas de los bancos, sus propietarios, puedan beneficiarse de forma inmediata de estos buenos resultados -vale el razonamiento para las obras sociales de las cajas de ahorros- porque la distribución de beneficios va a seguir muy vigilada por el Banco de España. El enfermo ha comenzado a respirar sin la botella de oxígeno, pero no está para fumarse dos habanos al día. Así que, cabe pensar, el regulador aún va a exigir que las entidades destinen a reservas una parte sustancial del beneficio, antes de aumentar el reparto de dividendos. Incluso, algunos altos ejecutivos de banca -es el caso del consejero delegado de CaixaBank, Juan Manuel Nin- ya han anticipado que hasta 2015 las entidades mantendrán la oferta de entregar el dividendo en forma de acciones, en vez del pago en metálico.