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Un hombre habla por su teléfono movil./ Reuters
Comienza un nuevo proceso de fusiones entre compañías telefónicas
ECONFIDENCIAL

Comienza un nuevo proceso de fusiones entre compañías telefónicas

Euskaltel figura en varias quinielas y la empresa ya ha anunciado que está más en posición de comprar que de vender

MANU ALVAREZ

Lunes, 17 de marzo 2014, 10:03

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El baile acaba de comenzar pero la música va a estar sonando durante bastantes meses. Vodafone ha anunciado un principio de acuerdo para adquirir la española ONO. Vivendi también ha anunciado la venta de su filial telefónica francesa SFR. No es más que el principio. Los expertos del sector estiman un profundo proceso de "consolidación" en las empresas de telecomunicaciones del continente, que tratan de buscar la salida a un mercado que está ya tan maduro que exige afinar mucho en los márgenes y buscar grandes economías de escala para sobrevivir.

La compañía vasca de telecomunicaciones, Euskaltel, no podrá estar ajena a este proceso que ahora comienza y figura ya en varias quinielas de operaciones corporativas. Su actuales responsables han transmitido a los sindicatos que no está en posición de venta, sino de compra. Habrá que esperar para ver en qué se traduce, porque en las fusiones empresariales nadie desvela sus intenciones a mitad de camino.

Esto del capitalismo está poniéndose un tanto difícil de seguir, porque cuando te has aprendido una lección e incluso has interiorizado las bondades teóricas y prácticas del modelo, los mismo expertos que te han dado la primera clase te cambian el esquema y te dicen que lo bueno, lo que en realidad funciona, es justo lo contrario. Casi no hay tiempo para reciclarse.

Veamos. Con el proceso de desmontaje del monopolio de Telefónica en España, la privatización de la compañía, la irrupción de la telefonía móvil, el acceso a Internet y el despegue vertiginoso de un nuevo mercado, aprendimos que introducir la competencia en las telecomunicaciones era imprescindible. Que cuantas más empresas entrasen a ofertar mucho mejor, porque la competencia es lo que hace avanzar a las empresas, fuerza la rebaja de precios y la evolución de las ofertas, no sólo desde el punto de vista económico, sino también tecnológico. Pues bien, cuando ya teníamos una oferta múltiple para elegir, ahora las propias empresas y los expertos nos vienen a decir que que la atomización excesiva de la competencia es mala y que es necesario reducir el número de actores. De ahí que unas empresas hayan comenzado a comerse a otras, en una tendencia que va a acelerarse en los próximos meses. Y, como sucede en la selva, los grandes se comerán a los pequeños.

¿Qué ha sucedido? Pues que el sector de las telecomunicaciones es intensivo en inversiones, exige tener un amplio pulmón financiero y potencia incluso internacional para poder estar en el último grito tecnológico, so pena de quedarte rezagado y superado por la competencia. Además, lo que comenzó siendo un negocio muy apetecible, con márgenes amplios, se ha transformado en otro que exige aquilatar todos los costes, porque precisamente como consecuencia de la gran competencia las tarifas que pagan los consumidores no han hecho sino bajar. Por si fuera poco, las empresas de telecomunicaciones comienzan a sentirse un tanto 'envidiosonas' porque se resignan a ser un mero "carrier" que facilita el tráfico y quieren, pero no saben cómo, participar también en el negocio que discurre por sus redes. En la práctica, son como una empresa que nace para construir autopistas pero que no quiere conformarse con cobrar los peajes de paso, porque se ha dado cuenta de que por ellas circulan camiones cargados de mercancías muy valiosas. Mercancías que tienen márgenes de beneficio mayores incluso que el de la autopista. Y para esas aventuras, además de habilidad, algunas dosis de suerte y saber hacer, también se necesita tamaño.

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