Ibarra, en el homenaje al juez Lidón: "No hemos logrado la plena justicia"

El presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV), Juan Luis Ibarra, ha señalado en el XII aniversario del asesinato del juez José María Lidón a manos de ETA que aún "no se ha conseguido plena justicia" y "quedan muchas responsabilidades que deben dirimirse en los tribunales".

Ibarra ha presidido este mediodía una ofrenda floral ante la placa colocada en memoria del magistrado asesinado por la banda terrorista en el Palacio de Justicia de Bilbao. La ceremonia ha reunido a la viuda e hijos de la víctima, así como a numerosos miembros de la judicatura, como el fiscal superior del País Vasco, Juan Calparsoro, o la vocal del CGPJ, Margarita Uría, y representantes institucionales como el consejero de Justicia, Josu Erkoreka, el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, y el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, que ha llegado en silla de ruedas.

En su intervención, Ibarra ha explicado que "el tiempo de ahora no ha dejado aún de ser difícil para las víctimas de la barbarie terrorista" por lo que se ha dirigido a los familiares del magistrado para subrayar que "no estamos dispuestos a destituir al pasado" y "tampoco vamos a transigir con quienes nos ofrecen un diploma en la universidad del olvido". "Podemos y necesitamos sobrevivir desde el compromiso con el valor ético de la memoria de la verdad", ha señalado.

Ibarra ha señalado además que para avanzar hay que "reconocer que lo conseguido por los demócratas desde la presión por el olvido no ha sido aún la memoria de la verdad". "No hemos conseguido tampoco la plena justicia", ha señalado para recordar que doce años después del asesinato de José María Lidón nadie ha sido juzgado por su asesinato. "Quedan muchas responsabilidades que deben dirimirse en los tribunales de justicia , pero sobre todo, queda mucho camino para que lleguemos a un autoentendimiento social sincero y éticamente honesto, en la confrontación con el pasado inmediato de una sociedad como la nuestra, marcada por la historia de la violencia terrorista. Una sociedad y unos ciudadanos que necesitamos mantener actualizados un compromiso de verdad y justicia entre quienes hemos sobrevivido y quienes fueron víctimas de la barbarie", ha señalado.

"Relegarlo al olvido"

El presidente de la Audiencia Provincial de Bizkaia, Angel Gil, por su parte, ha recordado a la familia que diariamente "seguimos haciendo todo lo que está en nuestras manos" para que su recuerdo siga vivo ya que "mantener la memoria de José María es mantener también la denuncia de la injusticia de su asesinato". En este sentido, ha advertido de que "relegarlo al olvido sería tanto como permitir que la injusticia de su muerte viniera a menos, lo que no vamos a consentir, ni aún en estos nuevos tiempos en los que se mezclan la esperanza por el fin del terrorismo con la cautela y prudencia que exigen el dolor sufrido durante tanto tiempo". "Por ello nunca como ahora se ha hecho necesario reivindicar el papel de las víctimas del terrorismo", ha añadido. En la ofrenda floral se ha escuchado la melodía popular catalana de 'El cant dels ocels', en la versión compuerta por Pau Casals, que la ONU considera como himno de la paz y se ha escuchado el poema "Después de un sueño" de Romain Bussine que musicó Gabriel Fauré.

Lidón fue asesinado el 7 de noviembre de 2001 cuando se dirigía en su vehículo a su trabajo, en compañía de su mujer. El juez salía del garaje de su casa, en el barrio de getxotarra de Algorta, cuando fue interceptado por dos individuos que comenzaron a dispararle. Tres proyectiles le alcanzaron causándole la muerte. Una semana después del atentado, ETA asumió la autoría del crimen afirmando que se trataba de "una acción dirigida contra el aparato de justicia español".

Durante el desarrollo de su vida profesional, Lidón formó parte del tribunal que juzgó varios casos de relevancia pública en la Audiencia de Bizkaia. Entre ellos destaca el juicio contra seis implicados en el ataque con cócteles-molotov contra la sede del PSE-EE en Portugalete en abril de 1987 en el que murieron dos personas. En 1990 también fue ponente de la sentencia en la que se condenó a nueve guardias civiles por las torturas infligidas a Tomás Linaza, padre de un etarra, durante su detención en el cuartel bilbaíno de La Salve. Era, además, profesor de la Universidad de Deusto, no llevaba escolta y su nombre no había aparecido en la documentación incautada a ETA.