Un joven bilbaíno, en huelga de hambre en la Puerta del Sol hasta que el Gobierno dimita

Acabó la carrera hace unos meses y ahora, si siguiese los derroteros normales, tendría que estar imprimiendo currículums como un poseso y enviándolos aquí y allá con ilusión y también con el pálpito de que, posiblemente, acaben acumulando polvo en el cajón más recóndito de una oficina... o aún peor, estrujados en alguna papelera camino del reciclaje. Pero Jorge Arzuaga, ingeniero técnico de Obras Públicas e ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, no ha tomado esta senda habitual. Decidió que antes tenía que hacer otro recorrido... el que le ha llevado Madrid, a la Puerta del Sol, epicentro del movimiento de los 'indignados'. Allí ha habilitado su cuartel general -compuesto por varios cartones y plásticos- para llevar a cabo una huelga de hambre hasta que el Gobierno dimita y convoque elecciones anticipadas, ya que lo considera "ilegítimo desde el mismo momento en que ha incumplido las promesas electorales". Porque Jorge, de 25 años, reitera que no ha dejado de comer por motivos personales, ya que su situación no es tan mala. Al fin y al cabo, su madre trabaja y su padre está jubilado. Y él dejó hace poco su vida de estudiante. Además, estos días está oyendo auténticos dramas de personas que acuden a él para darle ánimos. Su objetivo es "que la gente despierte" y reaccione frente a "la impunidad, la hipocresía y los escándalos de corrupción del Partido Popular".

Para quienes se acercan a él, ha hecho un cartel informativo en una cartulina: "¿Quién soy? Un ciudadano. ¿Qué hago? Huelga de hambre. ¿Por qué? Por ti, por mí, paro, corrupción, desahucios, sanidad, educación..." y también detalla sus motivos en Twitter (#MotivosJorge). En pocas líneas resume qué le ha llevado a gastarse 30 euros en el viaje a Madrid para embarcarse en esta cruzada propia de un soñador. "Lo que no sirve de nada es no hacer nada", apunta Jorge, que lleva desde el sábado sin atravesar bocado, sólo tomando líquidos. Mata el tiempo atendiendo a quienes se le acercan para interesarse por él y por sus ideas e intentando lidiar con el frío nocturno y calor del mediodía. El Samur le controla las constantes vitales periódicamente, los policías le dicen que les comunique cualquier cosa que precise y muchas personas anónimas le llevan bebidas, mantas... y compañía. Como unas señoras mayores que se quedan con él durante el día para que no esté solo y que le inundan de atenciones y consejos para que se cuide y no ponga en peligro su salud. De todos modos, él ya ha manifestado que no tiene intención de dejarse la vida en esta huelga -eso sí, admite que pasa frío y que duerme poco- y que la dejará cuando los médicos consideren que puede sufrir daños irreversibles. Y, consciente de que es una quimera que sus acciones sirvan para adelantar las elecciones, afirma que se conformaría con volver a llenar Sol de 'indignados'.

"Lo hacemos por todos"

De momento, algún apoyo ya ha logrado: el madrileño Alex Aceituna ha decidido esta semana sumarse a la lucha del bilbaíno. Aceituna ha agradecido el apoyo que están recibiendo por parte de grupos como el 15M, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y de muchísmos desconocidos. "Ya de por sí no es fácil estar aquí sentado en el suelo en una plaza. Y que la gente te mire es algo vergonzoso, pero esto lo hacemos por todos". Este viernes a las 20.00 horas se celebrará un acto de apoyo a Jorge y su hasta ahora único seguidor en la Puerta del Sol. Quizá entonces su hambre de solidaridad y concienciación se sacie un poco.

Fotos de la huelga de hambre de Jorge