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El proyecto pretende eliminar las desigualdades por sexos en las aulas./ E.C.
EDUCACIÓN

Las niñas tendrán su sitio en el patio

La distribución de espacios en la mayoría de los centros escolares deja a las niñas arrinconadas por los chicos y el fútbol

MARTA FERNÁNDEZ VALLEJO

Lunes, 14 de octubre 2013, 01:26

Es una escena habitual en los colegios: en el centro del patio un tropel de chicos, y alguna niña, juegan un partido de fútbol multitudinario. En otro espacio, cuando se cuenta con más de uno, hay alumnos haciendo tiros en una canasta de baloncesto o chutando una pelota. Balonazos a diestro y siniestro, mientras las chicas, y muy pocos muchachos, se agrupan en los huecos libres. El nuevo plan de coeducación que presentará este mes el Departamento vasco de Educación en el Parlamento se marca el reto de acabar con lo que denomina una «distribución sexista de los espacios en zonas de recreo escolares». Es una de las propuestas que incluye el programa, en el que también se resalta la necesidad de dedicar esfuerzos a que las jóvenes opten por carreras técnicas y científicas o a luchar contra el modelo arraigado de «masculinidad» en el que el chico «trabajador y formal» no es popular en la clase.

Es una iniciativa novedosa para combatir desigualdades por razón de sexo en la escuela. «En los patios y las zonas de recreo la distribución sigue siendo sexista, la jerarquía de los juegos, las actitudes de los alumnos o la falta de organización espacial suele situar a los niños en la zona central del patio y arrinconar a las niñas». A esa situación se suma «el desequilibrio existente entre los medios y los recursos dedicados en los centros escolares a los equipamientos para el fútbol en relación a los que destinan a espacios naturales, jardines o lugares para otras actividades de intercambio y juego», detalla el documento. Ante esa realidad, el objetivo de la consejería que dirige Cristina Uriarte es «incorporar la perspectiva de género en el uso de los espacios, de manera que respondan a las necesidades, intereses y expectativas tanto de chicos como de chicas».

La de defender un sitio para las niñas en los patios sólo es una de las numerosas medidas que recoge el plan para la coeducación y la prevención de la violencia de género en la escuela. El proyecto, que se desarrollará entre este curso y el 2015-16, llevará a cabo acciones concretas como la formación del profesorado, creación de la figura del responsable de coeducación en los colegios y en diferentes servicios como en la Inspección, experiencias piloto en escuelas, cambios en los programas sobre educación sexual, certificaciones para editoriales que elaboren materiales no sexistas y una nueva asignatura, Género y Cambio Social (a implantar en 2015). El Gobierno vasco hará una «revisión del currículum» con el propósito de incluir «el saber de las mujeres y su contribución social, científica e histórica al desarrollo de la humanidad».

Las chicas, a ciencias

Entre todo ese goteo de propósitos, el documento desgrana algunos problemas del sistema educativo actual que podrían encontrar una salida si se abordan desde una perspectiva de género. Por ejemplo, «la segregación por sexo» a la hora de elegir los estudios. «En Bachillerato los chicos optan mayoritariamente por la modalidad científico-técnica mientras que ellas son mayoría en las opciones relacionadas con las ciencias sociales y humanas, lo que condiciona posteriormente las elecciones de las carreras universitarias», detalla el documento. Decisiones influidas por la familia, la sociedad..., argumenta el texto.

Y que marcan su futuro. «La segregación académica implica que los chicos trabajen en ramas profesionales tradicionalmente masculinas, bien valoradas socialmente y bien remuneradas, mientras que las chicas, en caso de acceder al mercado laboral, lo hacen en profesiones muy feminizadas, peor retribuidas y menos prestigiadas socialmente». El plan prevé que en los colegios se intervenga mediante asignaturas, mensajes del profesorado y tutorías para «desarticular prejuicios sexistas» que inciden en la decisión de las alumnas sobre su profesión.

Los programas de coeducación tratarán de atajar otra de las grandes preocupaciones del sistema educativo actual: combatir el fracaso escolar entre los varones, muy superior al de las mujeres, y la tendencia de los muchachos a tener problemas de disciplina, acoso o peleas. El modelo de «masculinidad» tradicional provoca que el chico trabajador y formal «no sea popular», mientras que a las niñas «se les inculca que sean obedientes y colaboradoras», una situación que tiene consecuencias directas en las notas. El documento apunta la necesidad de acciones concretas para mejorar las habilidades lectoras de los niños y el rendimiento de las estudiantes en ciencias y matemáticas.

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