En Bilbao sí se liga

"¡Qué envidia me das! Te quejas de que ligas poco. Pero las que te dicen que sí, quieren casarse contigo. Yo en cambio, paso cada fin de semana con una tía nueva, con la que solo tengo sexo. Es muy triste". Una escena parecida tiene lugar en una de las entregas de 'Agárralo como puedas', entre Leslie Nielsen y George Kennedy. Solo que en este caso tuvo lugar en Bilbao, entre un maestro del ligue y un servidor. No les digo lo que le respondí. Pero nos confirma que existen. Me refiero a paisanos para quienes "estar a dos velas" solo puede referirse al tema económico. Lo extraño es que Azkuna no les haya nombrado Bilbaínos Ilustres y estudien sus casos en Sarriko, Deusto y Leioa. Porque, existiendo, no son norma sino excepción. Lo que no quita para que en Bilbao, y lo digo con rotundidad, se ligue.

Para llegar a tal conclusión, he reunido a una separada, un divorciado, un birrotxo, una viuda, un dejado, dos parejas casadas y otras dos arrejuntadas, de 40 para arriba. Y he añadido un nutrido y variado grupo de 40 para abajo. Lo que vienen a ser unas tres cuadrillas de Bilbao. Empezamos la cita mal, porque a algunos les tuve que explicar que 'Control' era una marca de preservativos. Y después recordar lo que era un preservativo. Por suerte el birrotxo tenía un condón en el bolsillo, que repartió el ayuntamiento en los 90, y ayudó a que todos lo entendieran.

Respecto a lo que apunta el estudio realizado por dicha marca, nadie negó los datos. En Bilbao cuesta más ligar. Pero es lógico. Para entablar conversación nos lo han puesto difícil. Sobre todo este año. Lo de "estudias o trabajas", si siempre fue casposo, ahora es insultante. Y si bien es cierto que es un mal general, en Bilbao se suma a la imposibilidad de contar con otros temas de arranque. De fútbol vamos cabizbajos y de baloncesto, como te toque alguien que defienda o critique la aportación económica de la Diputación al Bilbao Basket y tú pienses lo contrario, se acabó la charla. Y luego está el clima. Da igual lo que digas. Es mencionarlo y tu posible ligue te arrea un sopapo que te deja de por vida el mapa de las isobaras en la cara. El personal va muy quemado. Además, no hay dónde guarecerse de la lluvia.

Lo de "¿en tu casa o en la mía?", es una frase que dicen que existe, pero en el Botxo nadie ha escuchado. No olvidemos que el número de jóvenes independizados aquí está muy por debajo de la media europea. A lo que hay que sumar los que regresan a la casa materna por aquello de la crisis. Habitación sin pestillo, cama estrecha y paredes decoradas con pósters del Athletic campeón del 84, de Farrah Fawcett y de 'La Guerra de las Galaxias'. Un escenario poco arrebatador para una relación, sea esporádica o estable. Total que la única solución es convertirse en un emigrante del amor.

El 40% de los encuestados apunta que Madrid es el lugar ideal para ligar. Y también Iurre, Elantxobe o Zalla, añado. La cosa es que no sea tu plaza habitual. No nos engañemos. Algo le pasa a la bilbaína y al bilbaíno que es salir por el Sagrado Corazón, Zabalburu, San Ignacio o Begoña y transformarse. Recuerdo que en cierto viaje a Ibiza, un servidor y su amigo se encontraron con un grupo de conocidas en la playa. Y las que siempre iban con braga cuello vuelto y carpeta tipo escudo en Pozas, estaban en topless y totalmente desinhibidas en Ibiza. Seguro que dirían lo mismo de nosotros. Eso sí, ellas ligaron. Nosotros no. Pero comimos y bebimos muy bien y nos hicimos amigos de todos los camareros. Lo que demuestra que no es la ciudad, el clima o la economía, sino las gentes. En Bilbao se liga, pero de forma diferente.

En el viejo Botxo una mirada es coqueteo y una conversación ligar. Y esto es así desde que el mundo es mundo. Como que un beso sea sexo y si lleva lengua, se convierta en sexo duro. Más allá, es ciencia ficción. Quizá en el fondo es que, en asuntos de amores, seamos más sinceros que en otras tierras. Porque el 72% de los madrileños dicen que, en su villa, el que no liga es porque no quiere. Pero cuento con amigos y amigas del viejo Foro que ligan menos que los gases nobles. Lo que nos recuerda la conversación del principio. Mi amigo el campeón. Él ligaba. Y uno no liga si dos no quieren. Por lo que hay esperanza. Por suerte siempre hemos sido optimistas. Solo así se entiende que Bilbao sea la capital en la que más condones caducan. Tenemos fe. Nunca los tiramos. Creemos que algún día los usaremos. Y no me hace faltan encuestas para saberlo. Basta con pedir a una cuadrilla de Bilbao que mire hoy en sus bolsillos.

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