El 'efecto Jolie' quintuplica la demanda de pruebas genéticas de prevención del cáncer entre las vascas

«Mis niños no me perderán por un cáncer de mama». La actriz Angelina Jolie anunció al mundo con estas palabras su decisión de extirparse los dos pechos para evitar un tumor que acechaba agazapado en su genética. Tenía, según le informaron sus médicos, un riesgo del 87% de contraer un tumor mamario y un 50% de padecerlo en los ovarios. Como su madre, que murió a causa de un tumor ginecológico. Un mes después de conocerse la drástica determinación de la estrella, la demanda de pruebas genéticas se ha disparado en las clínicas y centros especializados de España. Sólo en Euskadi, el 'efecto Jolie' ha multiplicado por cinco las solicitudes tanto de información como de los test que permiten saberse portadora -o no- de los genes que favorecen la aparición de ambas enfermedades oncológicas.

«Las cifras son pequeñas porque el grupo de pacientes que pueden desarrollar un tumor por motivos de la herencia genética es también reducido», explica el especialista José Luis Castrillo, codirector de Genetadi, que es una de las contadas empresas -no llegan a la media docena- que prestan este servicio en España. «Aún así dan una idea del fuerte impacto que el testimonio de la actriz ha tenido en la población femenina». Hasta el pasado 14 de mayo, Genetadi recibía una media de dos peticiones mensuales de test para la detección de los genes BRCA1 y BCRA2, cuya alteración es la que indica el riesgo de sufrir éstos y otros tumores. En las últimas cuatro semanas, la demanda ha subido hasta diez.

Es mejor saber

En los centros sanitarios, la situación que se está viviendo resulta similar. La Clínica Zorrotzaurre, que gestiona la aseguradora Igualatorio Médico Quirúrgico, atiende una media de seis peticiones de este tipo a lo largo del año. En el último mes ha recibido otras tantas, lo que corrobora la tendencia experimentada en el laboratorio con sede en el Parque Tecnológico de Zamudio. «La gente, especialmente las mujeres, ha perdido el miedo a preguntar y, sobre todo, se ha dado cuenta de que determinadas decisiones pueden salvarte la vida», explica Castrillo.

El aumento de la demanda de pruebas genéticas no ha sido un hecho aislado, con relación al anuncio hecho por Angelina Jolie. En Estados Unidos, la empresa que practicó los análisis a la estrella de Hollywood, Myriad Genetics, vio cómo sus acciones en Bolsa se revalorizaron un 15% de la noche a la mañana, una vez conocida la historia de la intérprete. Aunque no hay cifras oficiales, lo ocurrido en el País Vasco se ha repetido en el conjunto de las clínicas y centros especializados en análisis genéticos en España, según confirmaron distintas fuentes consultadas por EL CORREO.

Las pruebas para la detección de alteraciones en los genes BRCA1 y BRCA2 consisten en un simple análisis de sangre. Una muestra pequeña, de tres mililitros, es suficiente para obtener la información que se busca. La sangre se conserva para su transporte al laboratorio en un tubo especial, llamado EDTA, que permite su conservación en condiciones óptimas para el posterior análisis de ADN. Quince días después, el paciente recibe en su domilicio, a través de un servicio de mensajería, los resultados del examen y su riesgo de padecer la enfermedad.

De la pública a la privada

El coste de la prueba varía ligeramente de un centro a otro en función de los genes que se quieren analizar, si es uno o los dos ligados a los tumores mamario y de ovarios. La tarifa por ambos en Genetadi es de 1.047 euros y puede resultar algo más barata si son varios los miembros de la familia que se someten al examen. En la clínica Zorrotzaurre oscilan entre los 500 y 1.500 euros, en función de las diferentes opciones que se ofertan. Osakidetza también realiza estas pruebas, aunque es posible que, en su caso, la llegada de los resultados se demore algo más.

La decisión de someterse a una mastectomía doble o a una extirpación de ovarios debe ser debatida con un experto, un genetista o un oncólogo, que evalúe los resultados del análisis. Sólo entre un 5% y un 10% de los cánceres son hereditarios, y no todos los especialistas son siempre partidarios de la amputación.