Uno de cada tres españoles con sobrepeso se ha rendido a las dietas milagro

Llega el buen tiempo y con él, el bañador y ese momento en que hay que probárselo. Uno lo saca del cajón, lo despliega, se lo coloca, se da la vuelta... y ahí está el espejo, ese amigo tan 'sincero' que no es capaz de callarse nada. Algunos, los más afortunados o previsores no tienen problemas: en el peor de los casos, les queda como el años pasado, que para eso se han tirado doce meses vigilando lo que ponen en el plato y visitando el gimnasio con regularidad. Otros, en cambio, ven pasar ante sus ojos todos aquellos pintxos, gominolas, bizcochos, caramelos... de los que disfrutaron cinco minutos en el paladar y que se han quedado a vivir un poco más abajo, en tripa, cartucheras y muslos.

¿A quién no le ha pasado? ¿Y quién no ha pensado inmediatamente en que habrá que ponerse a dieta? Pues mucho cuidado porque, como afirman los expertos, no todas valen ni son saludables. Además de los kilos, nos podemos dejar mucho más por el camino, sobre todo si nos dejamos embaucar por las llamadas dietas milagro. Según el 55 Congreso Nacional de Endocrinología y Nutrición que se celebra en Granada, uno de cada tres españoles con sobrepeso ha hecho alguna vez uno de estos regímenes. Su característica principal es que prometen resultados "rápidos y mágicos", para lo que prohiben comer algún grupo de alimentos.

Según la doctora Ana Zugasti, especialista en Endocrinología y Nutrición y médico adjunto del Complejo Hospitalario de Navarra, estos planes alimenticios carecen de evidencia científica alguna que las avale y sus 'normas' "distorsionan la realidad científica del nutriente". Además, acostumbran a recomendar "el consumo de determinados alimentos preparados que suele vender la persona o entidad que las promueve". En una palabra: no son de fiar y, además, "ponen en riesgo nuestra salud". "Se pueden volver en contra del paciente", prosigue Zugasti. ¿Las razones? "El efecto rebote y las posibles complicaciones en las comorbilidades que presente el paciente con obesidad".

Algunas dietas famosas de este tipo son la Ornish, muy pobre en grasas; la del Dr. Atkins, pobre en carbohidratos y rica en grasas; la de la Zona, puramente hiperproteica; o la de Montignac, disociada, es decir, que prohibe mezcla entre sí algunos grupos de alimentos. La mayoría de ellas están "promovidas por personas ajenas a la medicina", describe la endocrina de Navarra, lo que aumenta el riesgo de que quienes las practiquen sufran algún tipo de complicación. Pero su publicidad, basada en quedarse hecho un figurín en pocas semanas y casi sin esfuerzo, las hace muy populares y favores "su rápida divulgación", sobre todo "en Internet".

Esos cantos de sirena nos embaucan enseguida, pero tenemos que ser fuertes y, sobre todo, sensatos. Si no se ganó Zamora en una hora, no vamos a quitarnos esos kilos de más en un abrir y cerrar de ojos. Lo importante, según los nutricionistas, es ser constantes, cuidar lo que comemos, pero comer de todo. También es importante tener en cuenta que nuestras dietas deben estar en consonancia con nuestra salud y tener en cuenta las posibles enfermedades asociadas y los factores de riesgo que tengamos, como la diabetes o la hipertensión arterial.

La dieta hiperproteica

Si este año hay un tipo de dieta milagro que haya triunfado entre las masas es la hiperproteica. Zugasti considera que podría ser una solución alternativa en el tratamiento de la obesidad, aunque usándola bajo supervisión médico y "siempre y cuando la distribución de macronutrientes se haga de manera adecuada". Ahora bien, también es prudente, porque "solo se dispone de datos de eficacia a corto plazo, de 6 a 12 meses".

Además, ha puntualizado que, hasta el momento, los ensayos clínicos "demuestran que lo que marca la diferencia en la pérdida de peso no son las manipulaciones en las proporciones de los macronutrientes sino las diferencias en la ingesta energética". En España, cinco millones de personas padecen obesidad y otros 15 millones pesan más de lo que deberían. Entre el 30 y 35 por ciento tiene obesidad abdominal, alertan los expertos.