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Lunes, 11 de febrero 2013, 19:48
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El Rey don Juan Carlos fue abucheado a su llegada al palco del Buesa Arena y recibido con gritos de «¡fuera, fuera!» por la mayoría de aficionados que poblaron las gradas, aunque el pabellón no se llenó. Cuando el monarca apareció por las escaleras retumbaron los silbidos, que se prolongaron durante más de medio minuto. Se intensificaron cuando el Rey, con cara sonriente, saludó al público antes de sentarse en el palco. También hubo aplausos, pero fueron escasos y pasaron desapercibidos entre la monumental pitada.
El himno nacional sonó durante 23 segundos antes de la disputa de la final, pero resultó inaudible por los pitos. Estaba cantado que el rechazo al monarca sería absoluto en su primera presencia en un partido por el título en Vitoria, el cuarto en la historia de la Copa del Rey en la era ACB. También presenció las ediciones de Málaga 2001, Bilbao 2010 y Madrid 2011. En el BEC, hace tres años, con mayoría de aficionados catalanes y vascos, también fue abucheado, entonces junto a doña Sofía, y la organización decidió intensificar entonces el volumen del himno de España, que apenas duró 30 segundos.
Al rey le acompañaron el lehendakari, Íñigo Urkullu, Javier Maroto, alcalde de Vitoria; Javier de Andrés, diputado general de Álava; Bakartxo Tejeria, presidenta del Parlamento vasco. El encuentro también contó con la presencia de Albert Agustí, director general de la ACB; José Luis Sáez, presidente de la Federación Española de Baloncesto; y Olafur Rafnsson, presidente de FIBA Europe.
Las aficiones se encargaron de animarles ininterrumpidamente durante todo el encuentro. Los hinchas de los equipos finalistas tuvieron cánticos para todos. Si los valencianistas chillaban ¡Manos arriba, esto es un atraco! a los colegiados, los blaugranas respondían con el clásico ¡Barça!, ¡Barça!. Hubo un momento en el que cierto sector de la grada se acordó, otra vez, de la presencia del rey, por medio de la conocida melodía: ¡Un elefante, se balanceaba, sobre la tela de una arañaaaa!.
También a Wert
La cosa estuvo más o menos repartida entre Don Juan Carlos y el ministro Wert, que también se llevó su ración de abucheos y gritos de ¡fuera! en el instante en que dio la Minicopa a los jugadores del Real Madrid, ganadores del torneo juvenil. En la entrega de trofeos, nuevamente, los pitidos volvieron a atronar en el Buesa cuando don Juan Carlos cedió sonriente la Copa a Juan Carlos Navarro, capital del Barcelona y protagonista del torneo.
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