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Jueves, 6 de diciembre 2012, 10:53
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La Feria de Durango se convierte a partir de hoy en lugar de peregrinaje de la cultura vasca. Es el escaparate para las creaciones literarias y musicales de todo un año orientado, en gran medida, a encontrarse con el público de la Azoka; y el punto de encuentro que miles de personas buscan cada año para sentirse partícipes -más que consumidores- de narraciones y grabaciones que firman otros. Aunque, como en toda feria, serán las ventas las que describan el estado en que se encuentra la producción cultural frente al retraimiento general a causa de la crisis. La vocación que la asociación Gerediaga, organizadora del evento, tiene de incrementar las iniciativas y expandir las actividades de la feria por la localidad constituye el mejor antídoto frente a la contracción de la demanda. Es deseable que Durango se convierta, más allá del ritual de la peregrinación, en el contrapunto final de un año que necesita abrir una ventana a la esperanza de quienes escriben, interpretan o editan episodios nuevos de la cultura de los vascos.
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