Mariló: "El tono de mi conversación con Anne ha sido un error"

"Por una vez, de forma excepcional, necesito hablar de mi persona en este artículo de los sábados". Así empieza la columna de hoy de Mariló Montero en el 'Diario de Sevilla', en el que colabora cada fin de semana. La presentadora siente "la necesidad" de confesarse, "empujada por el protagonismo involuntario" que causó y que tuvo una amplia repercusión, en referencia a la polémica entrevista que realizó el lunes a su compañera de cadena Anne Igartiburu. Ella misma asume "el morbo que provocó" y acepta las críticas, pero revela que necesita poner las puntos sobre las íes acerca de todo lo publicado durante esta semana.

"Necesito confesar mi pecado: confundir intensidad con agresividad y trasladar a una entrevista pública términos y expresiones sólo entendibles en una conversación privada", asegura Mariló, para, a continuación, detallar los "principios éticos" que rigen su profesión: "Defenderé siempre que los errores sean reconocidos, que los ataques injustos a las personas y a su fama deben ser reparados y que la rectificación es un derecho de los perjudicados, y no un privilegio del comunicador".

Por esto mismo, la presentadora asume su equivocación. "El tono de mi conversación con Anne ha sido un error; error de un día; de unos minutos de un día. Digo más: un error difícilmente explicable, porque si algún sentimiento tengo ante mi compañera es el de admiración por su trabajo diario y enorme respeto a su trayectoria profesional". La cosa no queda en un halago hacia su compañera. Mariló, en acto casi de autoflagelación, no se conforma con decir que tuvo "una mala mañana, que es la única justificación razonable". "Me exijo a mí misma el reconocimiento de que expresé una agresividad que no se corresponde con mi talante, ni con los méritos profesionales de Anne".

La periodista admite que llamó a Anne por teléfono "por iniciativa propia y necesidad personal" para "pedirle perdón" porque "es más justo que pedir disculpas. El perdón implica arrepentimiento junto al deseo de recibir del ofendido el regalo de que lo conceda".

"Y hoy escribo y publico estas líneas para extender mi solicitud de indulgencia a todos aquellos que se hayan sentido agraviados, a mis compañeros, a mi familia, amigos, conocidos y a ustedes, lectores de estos artículos. Sé que han tenido dificultades para defenderme. Y pido perdón a RTVE, a todos sus espectadores de España y del Canal Internacional, porque es un medio de profesionalidad impecable y repleto de profesionales ejemplares. Entre ellos, y quizá a su cabeza, Anne Igartiburu", finaliza su artículo.