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El recorrido discurre por estrechos y divertidos senderos.
Senderos de vida
RUTA EN BICICLETA por las merindades

Senderos de vida

Una ruta por los angostos caminos de la comarca del norte de Burgos, entre ferrocarriles abandonados y riberas de ríos que desbordan naturaleza

JOSU GARCÍA

Viernes, 8 de junio 2012, 22:13

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El sueño de cualquier aficionado a la bicicleta de montaña es ciclar por estrechos y divertidos senderos, a poder ser que sean siempre cuesta abajo e interminables. Conocidos en la jerga ciclista con el término anglosajón de singletrack, la ruta que hoy os traemos atesora un amplio repertorio de estos apasionantes y angostos caminos rurales. Nos encontraremos con singletracks que discurren entre bosques tupidos, singletracks que bordean la ribera de un río, duros singletracks de montaña, excitantes singletracks de descenso... El trazado propuesto, de casi 50 kilómetros de distancia, acumula más de quince kilómetros de senderos por el norte de Burgos, en la comarca de Las Merindades.

La excursión sigue el recorrido de la marcha Btt Castilla la Vieja, que cada año, desde 2009, organiza con gran éxito de público el Club Btt Villarcayo. La próxima edición tendrá lugar el domingo 24, por lo que el archivo informático para el GPS que acompaña a este artículo puede ser de gran ayuda tanto para los que deseen participar en el evento, como para los que quieran disfrutar de la zona en otro momento. La ruta nos llevará a conocer los alrededores de la vieja y abandonada vía férrea de la Santander-Mediterráneo, los pastizales donde se crían las reses que alimentan las cocinas de un conocido restaurante bilbaíno y un sencillo pueblo que, pese a su reducido tamaño, organiza todo tipo de eventos culturales, sociales y deportivos a lo largo del año.

El trazado arranca en Villarcayo, en el parque de El Soto, a sólo una hora en coche de Bilbao y de Vitoria. Desde la salida se escucha el murmullo del río Nela, que estará muy presente durante todo el día. Tras unos primeros kilómetros que discurren por viejas vías agrarias, la ruta se adentra en Cigüenza, donde comienza uno de los senderos más espectaculares del norte de Burgos. El camino, además, ha sido adecentado recientemente por el club ciclista local. Sus promotores lo han hecho con mimo y esmero, poniendo el acento en eliminar aquellos pasos que pudieran resultar peligrosos, pero sin restarle un ápice de naturalidad a la senda.

Durante varios kilómetros, nuestro sendero serpentea entre el río Nela y el viejo ferrocarril Santander-Mediterráneo. La abandonada vía férrea, una de las mayores obras de ingeniería de España en la primera mitad del siglo XX, cuenta con decenas de viaductos y túneles en este rincón de Las Merindades, como el de La Engaña. Los vetustos raíles, aún presentes en algunos enclaves, los atravesaremos hasta en dos ocasiones. En la última de ellas se toma hacia la derecha el camino que conduce a la ermita de San Bartolomé. La vía es técnica y dura,pero corta. El templo religioso aparece en mitad de un claro del frondoso encinar que abriga los pueblos de Cigüenza, Casillas y Salazar.

Tras dejar atrás el monumento, la ruta llega a esta última población tras un pequeño sube-baja. En este pueblo, donde hay una vieja casa-torre medieval de gran interés arquitectónico, comienza la segunda subida importante del recorrido. El recorrido propuesto asciende rápidamente hacia el alto de Ajestaderos. Primero por una pista ancha y fácil, pero con una pendiente nada desdeñable. Después el camino se agarra a la montaña a través de un sendero técnico y esforzado. A mitad de la subida se pueden ver los pastizales y la granja de Otedo, que suministra desde hace años los chuletones que se sirven en el restaurante Casa Vasca de Bilbao.

El descenso del puerto se realiza por un singletrack que exuda adrenalina por los cuatro costados. Se baja rápido, entre encinas, con una ligera caída a la derecha. Algo de piedra suelta complica una cuesta abajo en la que hay que tener cuidado con una de las últimas curvas, que resulta muy cerrada.

Tras la excitante experiencia, la ruta avanza hacia Mozares. Un pueblo por el que pasaremos en dos ocasiones. Esta pequeña localidad, arrimada a la orilla del río Trema, es una de las poblaciones de España que más eventos sociales, culturales y deportivos organiza en proporción al número de vecinos. Sólo hay 28 empadronados, aunque muchas familias que viven en Bizkaia o en la ciudad de Burgos regresan los fines de semana a sus raíces. A lo largo del año, Mozares acoge, entre otros actos, unas jornadas sobre trilla tradicional, una fiesta de la matanza, una atractiva carrera de mountain bike o un rastrillo solidario. La imaginación y esfuerzo de sus moradores no tiene límite.

Nada más dejar el pueblo, la ruta atraviesa el río (conviene dar un rodeo si hay mucha agua) para comenzar muy pronto la subida al alto de Bocos. La ascensión es muy llevadera en su primera parte, aunque se complica al final,con un sendero precioso. El singletrack se transforma junto a la carretera en un vertiginoso descenso. Desde aquí queda ya muy poco para regresar a Villarcayo, punto final de la ruta.

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