Birra para niños, la última sensación en Japón
El país nipón comercializa una bebida con zumo de guaraná y otros ingredientes orientada a niños que quieran 'jugar' a ser mayores
SERGIO EGUÍA
Lunes, 28 de mayo 2012, 20:09
Los hábitos que se adquieren de niño se mantienen toda la vida. Quizá por eso los japoneses, tan amantes de la tradición han empezado a dar cerveza a sus pequeños. Pero que nadie se lleve las manos a la cabeza, que los biberones de birra no llevan alcohol. Vamos que en el Imperio del Sol Naciente han venido a copiar algo tan vasco como dar un vasito de mosto a los críos cuando se sale de poteo.
La bebida en cuestión, llamada Kodomo Biiru (literalmente cerveza de los niños), está hecha a base de zumo de guaraná al que se le añaden otros ingredientes, no especificados, para lograr que tenga una capa de cerveza. Según sus creadores, se trata de que los txikis puedan contar con un refresco que les permita jugar "a ser mayores". De hecho, el eslogan que se puede leer en las etiquetas de las botellas reza: "Tampoco los niños pueden soportar su vida sin un trago".
Y por más que intentan convencer de que el producto ha nacido por el creciente interés de los vástagos por imitar a sus progenitores, los peor pensados apuntan a que es más una maniobra para aficionarles en el consumo que otra cosa. Especialmente preocupante es que el guaraná, una fruta tropical popularizada en España por un picantón anuncio en el que una brasileira celebraba un gol corriendo sin camiseta por la playa. "Será, será, será el Guaraná", es un importante acelerador del metabolismo por su alta concentración de cafeína.
Más allá de polémicas, hay que recordar que Japón es un gran productor de maltas, con una larga -y desconocida- tradición cervecera. Entre las biiru, Sapporo es posiblemente la más conocida por sus espectaculares campañas publicitarias que se han conocido en Europa vía Internet. Sin embargo, no es la más vendida. Kirin, que pertenece al conglomerado Mitsubishi y Asahi se disputan ese privilegio. Fundadas todas ellas a finales del siglo XIX, no es hasta la década de los 80 de la centuria pasada que explotaron como agentes económicos y hoy Kirin, por ejemplo, es un empresa que cotiza en el Nikkei 225. Asahi, por su parte, es la propietaria de uno de los rascacielos más famosos de Tokio, diseñado por Philippe Starck, el Beer Hall ó Flame D'Or. Hasta 1994, el Gobierno japonés exigía una producción mínima de dos millones de litros para conceder la correspondiente licencia de productor por lo que no es de extrañar el tamaño de estas fábricas.