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fin del conflicto laboral en el suburbano

Un largo año de paros en el metro

El mayor endurecimiento de las protestas se vivió en diciembre de 2011 cuando se convocó una jornada de huelga, coincidiendo con la feria de Santo Tomás en Bilbao

EFE

Miércoles, 23 de mayo 2012, 22:17

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El pacto alcanzado entre la dirección y los sindicatos de Metro Bilbao sobre las cuestiones laborales que les enfrentaban, que ha sido avalado hoy por la asamblea de trabajadores de la compañía, ha llegado casi un año después de iniciarse una serie de paros en el suburbano.

Coincidiendo con las primeras reuniones entre las partes en el Consejo de Relaciones Laborales (CRL) que han culminado con el acuerdo citado, el pasado 27 de abril se desarrolló el último de los paros parciales convocado por el comité de huelga del metro, once meses después del inicio -el 25 de mayo del pasado año- de unos paros que han causado trastornos a miles de ciudadanos. La prolongación de este conflicto motivó la invitación del presidente del CRL, Tomás Arrieta, a las partes para que buscasen una solución en ese foro, lo que finalmente ha dado frutos.

Ha sido un largo período de conflictividad -con una veintena de paros convocados- en el que los desencuentros entre los sindicatos y los gestores de Metro Bilbao se han sucedido en las mesas de negociación, ante los medios de comunicación y también en los tribunales, obligados en varias ocasiones a posicionarse sobre las desavenencias entre ellos. En realidad, la conflictividad laboral en el suburbano se remonta a finales de 2010.

El comité de empresa convocó paros en octubre de ese año en respuesta a la no renovación del contrato a cuatro trabajadores, aunque las protestas quedaron desconvocadas tras lograrse un acuerdo sobre garantías de mantenimiento del empleo en el metro. La paz social en el suburbano duró unos meses ya que el 25 de mayo de 2011 comenzó el primero de una larga serie de paros, después de que los sindicatos acusasen a la dirección de haber incumplido el acuerdo alcanzado en materia de empleo.

Nuevos paros

Poco después, CC OO se desvinculó de las movilizaciones, mientras ELA, LAB, UGT, CIM y ESK continuaron con ellas hasta que las partes en conflicto lograron en julio pasado otro acuerdo en torno a la configuración y aumento de la plantilla. La conflictividad retornó en otoño tras acusar los sindicatos a la dirección de incumplir el acuerdo y convocar más paros a partir de noviembre.

Metro Bilbao llevó el asunto a los tribunales, que meses después apreciaron parcialmente las posturas de ambas partes ya que dieron la razón a los sindicatos al considerar que no se había alcanzado la cifra de conductores pactada y respaldaron las tesis de la dirección al ver adecuada la contratación de supervisores de estación efectuada. El fallo judicial no contribuyó al fin del conflicto ya que las partes mantenían también discrepancias en otras cuestiones como la reestructuración de los talleres o el servicio en Nochebuena.

El mayor endurecimiento de las protestas se vivió en diciembre de 2011 cuando el comité de huelga -integrado por ELA, LAB, CIM, UGT y ESK- convocó una jornada de huelga completa el día 21, coincidiendo con la tradicional feria de Santo Tomás en Bilbao, en una fecha de afluencia masiva de viajeros al metro. La protesta generó polémica y el propio lehendakari, Patxi López, pidió "cordura" y "responsabilidad" a los sindicatos para que la desconvocasen. Previo recurso sindical, también intervinieron los tribunales, que obligaron al Gobierno vasco a rebajar los servicios mínimos fijados para la jornada de huelga.

Nombramiento de Oleaga

Dos días después, el 23 de diciembre, la entonces presidenta de Metro Bilbao, Loly de Juan, fue sustituida en el cargo, tras presentar su dimisión, por el director de Participación Ciudadana del Gobierno vasco, Txema Oleaga. Sin embargo, el talante conciliador que exhibió el nuevo presidente del suburbano no sirvió entonces para solucionar un conflicto que llegó a calificar de "político".

La congelación de salarios en 2011 anunciada a finales de año, que obligaba a la devolución del incremento ya cobrado por los trabajadores, enfadó más a la plantilla. Una reciente sentencia judicial avaló la medida -en aplicación de la congelación salarial prevista para los empleados públicos en la Ley General de Presupuestos de 2011-, pero consideró que la empresa no fue "todo lo diligente que se hubiera deseado" ya que podría haber aplicado la medida antes y no de forma retroactiva.

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