El necesario arte del asado de la ternera
Más de 2.000 personas se dieron cita ayer en Enciso en su sexto 'Día de la Vaca', en el que se repartieron más de 500 kilos de carne, asada durante 16 horas
E. ALCALDE
Lunes, 12 de octubre 2009, 04:30
Uno llega a la entrada del pueblo de Enciso y pregunta al primer transeúnte que se encuentra, por el lugar donde reparten carne. «Es fácil, siga el olor», responde el cuestionado entre amable e irónico. Y lo cierto es que acierta de pleno con la indicación: 520 kilos de carne de ternera, repartidos en dos ejemplares completos, se asaron ayer en el pueblo para su distribución en más de 1.200 raciones. Era la sexta edición de las 'Jornadas de la ternera', o como muchos dicen, 'El día de la vaca'.
Y lo mejor (o lo peor para los que no comieron) es que se quedaron cortos: más de 2.000 personas, venidas de diferentes rincones de La Rioja, y también de Navarra o Soria, se acercaron en busca de su plato de carne, su vinito en taza de barro y su pieza de fruta. «Merece la pena, pasas la mañana entre visitar 'los dinosaurios', pasear por el lugar y comer a lo grande, porque se come a lo grande aquí», explican Rebeca, de 46 años, y su marido.
Hasta 16 horas habían pasado los dos terneros, de 261 y 262 kilos de peso, asándose al carbón, a fuego muy muy lento, como manda la tradición y permite el horario. «Ahora siempre vamos muy deprisa, pero está claro que ésta es la forma de asarlos, muy despacito, y que cojan el humo del carbón, está claro que saben distinto», señalan Juan y Mariola, venidos de Soria, mientras hacen cola. Así lo atestiguaba también el alcalde Enciso, Rafael Lafuente, feliz además con la marcha de la jornada. «Hace ocho años empezamos, asando una ternera, a ver cómo iba, y fue muy bien; ahora ya estamos en dos, pero es que cada año se multiplica el público».
El principio
El día se completó con música tradicional y puestos con productos gastronómicos. Muchos comían ahí mismo su plato, otros buscaban huecos más recogidos, y había quien había montado un picnic con tortillas y embutido. También estaban los que saben que esto es sólo el principio: «Hacemos ruta, porque la semana que viene son las migas de Zarzosa, y luego el queso de Munilla y las setas de Arnedillo», decía Pilar, de 53 años.
«Sirve muy bien para promocionar todo este valle, porque esto no acaba aquí», corroboraba Mónica Figuerola, directora general de Turismo, quien también valoraba como «exquisita» la degustación cárnica. Indudablemente, se puede dar fe de esto último.