Diez burros para diez blusas

Diez burros para diez blusas. ¿Qué más se necesita para que empiece la fiesta? La plaza de la Virgen Blanca, repleta de niños, jóvenes -y no tan jóvenes-, vio cómo al preámbulo más desenfadado y terco de La Blanca iniciaba su andadura.

Aunque más que andar, empezó al galope. Eran las diez y cinco de la mañana cuando la decena de pollinos se alineó, más o menos, en la salida y arrancó la prueba de velocidad de cuadrúpedos. Con casi más reporteros gráficos en la primera curva del circuito que en la famosa de Estafeta pamplonesa, los jumentos de Batasuna, Okerrak, Gasteiztarrak y Hegotarrak captaron las primeras instantáneas.

Al «trote alegre», según definieron los propios blusas en 'boxes', jinetes y animales iniciaron el recorrido alrededor de la plaza, mientras otros compañeros se hacían los suecos y miraban para otro lado. Por delante, un desafío de cinco vueltas, con una meta junto a Postas.

El circuito ascendía hacia la balconada de San Miguel, donde comenzó a menguar el pelotón. Y es que, a esa altura de la prueba, algunos asnos ya se habían declarado en huelga, lo que obligó a los 'donkeyboys' de Zintzarri, Zoroak y Los Desiguales a desmontarse y remangarse para tirar ellos de las bestias. Las últimas vueltas iban destacando a los favoritos, los jinetes de Okerrak y de Batasuna, cuadrillas vencedoras en las anteriores ediciones.

Biznietos de Celedón, Los Alegríos y Belakiak completaron el plantel de las diez monturas participantes. Ataviados tal y como el calendario exige, la terna adornó sus vestimentas con algunos complementos ocasionales, como cascos o viseras del 'rey de la montaña', un auténtico talismán para su portador, Enrique Ruiz de Mendarózqueta, que traspasó primero la línea de meta y devolvió así a su cuadrilla, Okerrak, la gloria perdida.

El resultado no estuvo, eso sí, exento de polémica. Mientras unos festejaban con cava la bravura y la rapidez del pollino 'La coz de Andoni', otros bramaban que «le faltó una vuelta» para completar la prueba.