¿Política?

Desde hace unos años, la progresía española viene repitiendo el soniquete de que 'ha llegado la hora de la política'. Con ello intentan explicar que, a su juicio, el Estado debería tener mayor protagonismo en el ámbito económico. Pudiera esperarse que, pensando así, el Gobierno interviniese rápidamente allí donde la economía necesitase un impulso. Las cifras de ventas de coches en Navarra han venido a demostrar lo peligroso que es sustituir la economía por la política. Las medidas que ahora aplica Navarra con éxito fueron propuestas hace un mes al Congreso de los Diputados. El partido del Gobierno rechazó la proposición sólo para demostrar que aún contaba con apoyos en el Congreso. ¿Dónde estaba la política?

En segundo lugar, si la industria y la construcción han estado aportando un nivel similar de empleo en los últimos diez años, ¿por qué se ayuda a comprar un coche y no se ayuda a pagar una casa? ¿Consiste la política económica en acosar a unos sectores económicos sí y a otros no, 'según convenga la jugada'? Da la sensación de que el Gobierno y el partido que lo apoya padecen esa especie vana en grado sumo que Píndaro achacaba a los mortales: «Despreciando lo que tiene a su alcance/ dirige su mirada hacia lo lejos/ intentando atrapar vanos fantasmas/ en su loca esperanza».