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AITOR ALONSO |
Martes, 5 de mayo 2009, 23:50
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Patxi López ha sido investido como lehendakari. Quizá por eso su discurso de esta mañana en Vitoria sonaba como ratificación de un programa de gobierno, de su renovado y quizás más meditado compromiso ante una ciudadanía que va a mirar con lupa la gestión del primer socialista que será inquilino de Ajuria Enea. Las medidas contra la crisis y la deslegitimación de ETA y su entorno han sido los ejes claves de su relato. Su frase, una declaración de intenciones que expresó en euskera: "Aquí está la mano tendida del nuevo gobierno, que pide y ofrece apoyo. Nunca la retiraré".
Por su parte, Juan José Ibarretxe abandonaba esta tarde la política activa. Esta mañana se negaba a desvelar su futuro, si mantendrá su escaño o, ya como ex lehendakari, se dedicará a otras tareas próximas o alejadas de la política y del PNV. Su discurso ha sonado fiero, en ocasiones desafiante. "El PNV va a liderar polticamente este país", espetó directamente a Patxi López, a cuyo futuro Ejecutivo reconoció legalidad, pero negó legitimidad. "Hay una realidad incontestable, el PNV ha ganado las elecciones del 1 de marzo". Ibarretxe, según su visión, es "el único de los dos candidatos con legitimidad social para ser lehendakari".
En estas dos aguas se movió la mañana en el Parlamento vasco, una sesión histórica seguida en persona por centenares de invitados y de periodistas acreditados. Estaba todo el entramado institucional vasco en este antiguo instituto vitoriano: los tres diputados generales, los presidentes de las Juntas Generales; el responsables de los municipios, Eudel; el delegado del Gobierno en Euskadi; el Ararteko, los líderes de los partidos; el ex lehendakari Ardanza y otros invitados ilustres. A la tarde se espera al líder del PP, Mariano Rajoy. Esta mañana estuvo la responsable de Organización del PSOE, Leire Pajn.
López se esforzó por destacar las medidas anti-crisis entre sus prioridades. Anunció un fondo 'extra' de 3.000 millones de euros para acometer medidas directamente relacionadas con el escenario económico. Y renovó su promesa de que la crisis no recortará ni un solo derecho social. Ofreció su claro compromiso con la inversión pública, con las obras del TAV y de otros proyectos estratégicos y anunció su inminente convocatoria de una reunión con los agentes sociales para abordar el escenario económico. Pidió a los sindicatos nacionalistas que reconsideren la convocatoria de huelga para el día 21. "Tengo un profundo respeto por el derecho a la huelga, dijo, pero se debe ejercer con responsabilidad".
La deslegitimación de ETA y su entorno fue el segundo gran eje del discurso socialista. López dijo que la victoria sobre el terror precisa de un rearme moral de la sociedad vasca. Anunció más medios para la Ertzaintza y un esfuerzo especial para reforzar los valores democráticos en la educación, el asociacionismo y los medios de comunicación.
En política lingüística, López, que abrió y cerró su discurso en euskera, ha asegurado que "los dos idiomas oficiales son nuestros" y que mantendrá las líneas de financiación a la promoción del euskera. "El objetivo será reforzar la convivencia entre ambas lenguas y evitar que se creen guetos". López anunció que reforzará el Consejo Asesor del Euskera, cuyas directrices se ha propuesto seguir.
Ibarretxe, por su parte, arrancó con una dura crítica a la entente que dará hoy a Patxi López la llave de Ajuria Enea. Como ha hecho su partido desde que se conoció la posibilidad de un acuerdo PSE-PP, restó legitimidad al nuevo Gobierno de López, porque no representa a una sociedad vasca que es mayoritariamente abertzale. Ibarretxe dijo que las urnas le avalan a él como lehendakari y que "sólo la perversa utilización de instrumentos legales, en referencia a la Ley de Partidos, da la posibilidad de gobernar al frente españolista", como lo definió. Ibarretxe fue más allá: es una cruzada para destruir, dijo. A su juicio, el de López ser un gobierno débil, inestable y frentista, sometido al dictado de Madrid.
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