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González-Sinde, en los Goya de 2007. / AFP
ÁNGELES GONZÁLEZ-SINDE. CULTURA

Una ministra con buena estrella

Sin apenas experiencia en la gestión pública, ha demostrado su talante conciliador en el cine español

OSKAR L. BELATEGUI

Miércoles, 8 de abril 2009, 11:05

«La política acaba con la creatividad», declaraba Ángeles González-Sinde a este diario en diciembre de 2006, recién nombrada presidenta de la Academia del Cine Español. En su caso, no ha resultado una sentencia clarividente. La mayor sorpresa del remodelado Gobierno de Zapatero ha sido el desembarco de esta guionista y directora, que ha tenido tiempo de proseguir su carrera mientras llevaba las riendas del agónico cine español: suyo es el guión de la cinta más taquillera en lo que va de año, 'Mentiras y gordas'. Un giro hacia la cultura más progresista desde el perfil académico de César Antonio Molina; de un político-funcionario a una cineasta que siempre ha liderado las plataformas de gente de la cultura en apoyo al PSOE.

Con apenas tres años como gestora en un puesto sin perfil político, su ascenso meteórico certifica el apoyo decidido del Ejecutivo a una industria convertida en el pimpampum de sectores afines a la oposición. El mundo del cine se muestra exultante y esperanzado. Nadie discute su talante conciliador: hasta propició el regreso de José Luis Garci a la institución que le ninguneó. Sin embargo, el Ministerio de Cultura quizá exceda de las ambiciones de una mujer «organizadora y trabajadora», según definición propia, que ha ido aceptando cargos gremiales empujada por sus colaboradores.

González-Sinde estuvo al frente de la Asociación Literaria de Medios Audiovisuales defendiendo los derechos de los guionistas hasta que el director Enrique Urbizu la convenció para que presentara su candidatura a la Academia del Cine. En sus declaraciones se ha destacado por su defensa del canon digital y de las medidas contra la piratería en la Red. Se ha atrevido a poner en entredicho la velocidad de las líneas ADSL, que propician descargas ilegales. Por eso, ayer mismo la Sociedad General de Autores se congratulaba de un «nombramiento excelente», mientras los foros de Internet bullían y lo calificaban de «provocación».

Nacida en Madrid hace 43 años, Ángeles González-Sinde creció entre platós, pero tardó en aceptar su vocación. Hija del productor José María González-Sinde -primer presidente de la Academia de Cine-, estudió Filología y realizó labores de prensa en editoriales y compañías de discos antes de convertirse en guionista «por perseverancia» de su madre, que veía en ella aptitudes para escribir. Mario Onaindía y José Luis Borau fueron sus grandes maestros en el primer máster de guión que se impartió en España, en la Universidad Autónoma.

Ha escrito series de televisión como 'Truhanes', 'Turno de oficio', 'Cuéntame' y 'A las once en casa'. Autora de libros para niños, el Goya por el guión de 'La buena estrella' en 1997 la animó a ponerse tras la cámara, obteniendo otra estatuilla en 2003 como directora novel de 'La suerte dormida'. El pasado año estrenó su segundo largometraje, 'Una palabra tuya', a partir de la novela de Elvira Lindo. Aparece en los títulos de crédito de, entre otras, 'Las razones de mis amigos', 'El misterio Galíndez' y 'La puta y la ballena'.

Afable y cercana

A la ministra más mediática del nuevo Gabinete no le asustan las temáticas comprometidas, como prueban sus guiones para 'Todos estamos invitados' -la historia de un profesor universitario amenazado por ETA- y el documental colectivo 'Madrid 11-M. Todos íbamos en ese tren', sobre las víctimas del atentado islamista. Afable y cercana, no es raro que atienda a los periodistas en el móvil fuera de horas de oficina, mientras de fondo se escuchan los gritos de sus dos niñas.

González-Sinde deberá impulsar las nuevas leyes de la Música, las Artes Escénicas y los Archivos, que el Gobierno se ha propuesto aprobar esta legislatura. Tendrá que culminar el proceso en marcha para convertir en agencias estatales el Instituto Nacional de las Artes Escénicas, el de Cinematografía y el Museo Reina Sofía. Los Planes Generales de Danza, Música y Circo, además de asuntos polémicos como la posibilidad de unificar la acción cultural exterior, que César Antonio Molina reclamó para que Cultura tuviera competencias sobre el Instituto Cervantes, hasta ahora dependiente de Exteriores.

En su agenda, la aplicación del Código de Buenas Prácticas puesto en marcha por el ministro saliente, que se saldó con la marcha de Nacho Duato de la Compañía Nacional de Danza. Heredera de Carmen Calvo en su gusto por diseñadores rompedores, González-Sinde siempre ha recibido críticas por su discurso anual en los Goya, que revela a una oradora no demasiado dotada para el intercambio dialéctico. Su figura será clave para los acuerdos entre las operadoras de telefonía y las entidades de gestión, con los que Zapatero, a semejanza de Sarkozy, pretende acabar con las redes P2P de intercambio de contenidos. o.belategui@diario-elcorreo.com

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