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J. MUÑOZ
Lunes, 9 de febrero 2009, 08:39
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Las renuncias a las viviendas protegidas adjudicadas en propiedad a través de los sorteos de Etxebide se han intensificado en Euskadi a partir de 2007, coincidiendo con el 'crash' inmobiliario, el inicio de la crisis económica y la restricción posterior del crédito impuesta por los bancos y las cajas de ahorro. Según el Gobierno vasco, el número de 'agraciados' que se echaron atrás antes de formalizar la hipoteca se incrementó un 70% entre 2006 y 2008. A finales del pasado año, los rechazos representaron el 11,1% de todas las adjudicaciones formalizadas en el País Vasco (558 sobre 5.000); mientras que en 2006 había desistido el 6,7% (328 sobre 4.829).
Sin embargo, el fenómeno está desigualmente repartido en la comunidad. De hecho, se concentra en Álava, territorio que en 2008 acaparó el 84% de las renuncias, muy por delante de Vizcaya (11%) y de Guipúzcoa (5%). Además, si en estas dos últimas provincias los rechazos descendieron el año pasado respecto al ejercicio anterior, en el territorio alavés se dispararon en sentido opuesto, partiendo, por si fuera poco, de números absolutos sensiblemente más altos.
Según la consejería de Javier Madrazo, una de las razones de ese desequilibrio territorial es que, durante años, en Vitoria se ha edificado y sorteado más de la mitad de la VPO de Euskadi. A medida que las promociones públicas se repartan de forma parecida entre las tres provincias, una tendencia que ya se ha iniciado, las cifras deberían igualarse. Sin embargo, ese argumento no explica los indicios preocupantes que ya se aprecian en los sorteos de Álava, indicios que podrían ser un anticipo de lo que ocurrirá en otros puntos del País Vasco: las renuncias no sólo se duplicaron Álava durante 2007, sino que volvieron a hacerlo en 2008.
De todos modos, el Departamento de Vivienda sostiene que, globalmente, la proporción de renuncias todavía es «baja» en la comunidad si se compara con todas las adjudicaciones. Y recuerda que, con crisis o sin ella, Etxebide siempre ha tenido que echar mano de las listas de espera después de las primeras adjudicaciones de un sorteo. Y no porque a los aspirantes les negaran un crédito, sino porque rechazaron el piso debido a que no les gustó la ubicación o la distribución; o porque habían pasado tantos años desde que se apuntaron como candidatos que sus circunstancias personales habían cambiado y ya no necesitaban la VPO.
No obstante, la Administración vasca reconoce que, desde el pasado verano, muchos ciudadanos han rechazado viviendas de protección oficial debido a la imposibilidad de obtener un crédito, situación que unos años atrás era «anecdótica» y «residual». Ahora, para encontrar un comprador, es necesario retroceder más puestos en las listas de espera, aunque, según el Gobierno autónomo, los inmuebles acaban siendo readjudicados en un mes.
Sea por motivos económicos o por decisión personal, lo cierto es que las renuncias no sólo están afectando a las VPO, sino también a los pisos tasados, un tipo de inmueble protegido algo más caro que el anterior y que tampoco encuentra suficientes compradores en Vizcaya, donde algunos ayuntamientos han puesto en marcha promociones en colaboración con la Diputación. La Corporación de Ondarroa se ha visto obligada a convocar un segundo sorteo para una promoción de 19 viviendas tasadas, ya que de los agraciados en la primera ronda -había 75 aspirantes-, sólo cinco llegaron a firmar el contrato.
Criterios de prudencia
En Orduña ha ocurrido otro tanto. En una promoción de 14 inmuebles tasados, con precios de 120.000 a 210.000 euros, sólo se han 'colocado' ocho, pues la mayoría de los adjudicatarios iniciales cambiaron de opinión después de haberse apuntado. El Ayuntamiento de Zaldibar se ha encontrado con que apenas diez de los 42 vecinos a quienes les había tocado una vivienda de 230.000 euros han confirmado que la comprarán.
En el origen de esas últimas 'deserciones' está el cambio de postura de los bancos, que al estudiar una solicitud de hipoteca han recuperado los criterios de prudencia anteriores a la burbuja inmobiliaria. Y eso está afectando a las listas de Etxebide, aunque aún no se sabe en qué medida. A finales del pasado año, promotores privados de VPO en Vitoria aseguraban haberse encontrado con un 30% de rechazos en las listas de aspirantes facilitadas por el Ayuntamiento. La sociedad municipal que promueve los pisos protegidos en la capital alavesa, Ensanche 21, explicó que en la ciudad se estaban juntando las renuncias de los sorteos más recientes con las correspondientes a sorteos que se celebraron hace dos o tres años, una época en la que sólo había que empezar a pagar la VPO cuando se entregaban las llaves.
Precisamente, para prevenir ese tipo de rechazos decididos tras un largo periodo, a partir de 2008 se obligó a los adjudicatarios de VPO a adelantar una parte del valor del piso desde el momento en que les toca en el sorteo. Eso significa aportar una suma que no todas las personas inscritas en Etxebide han ahorrado o pueden reunir. Cuando el parón crediticio aún no se había producido, el problema podía solucionarse con un 'crédito puente' hasta que llegara el momento de formalizar la hipoteca. Sin embargo, las entidades financieras han cerrado esa vía abruptamente.
En cualquier caso, aunque la Administración vasca no niega que la falta de crédito afecta a las VPO, recuerda que donde está teniendo efectos intensos es las viviendas libres. Para el Ejecutivo autónomo, el mercado protegido se habría convertido en un 'refugio' para el sector de la construcción, pues sí encuentra compradores. «Si una promoción sólo tiene vivienda libre, no encuentra crédito -asegura el viceconsejero de Vivienda, Javier Burón-. Si incluye VPO, tiene más posibilidades de conseguirlo y si sólo es de VPO, le dan crédito. Hay más promotores que sólo quieren hacer pisos protegidos».
Al mismo ritmo
A pesar de ese diagnóstico, el Gobierno vasco está tomando precauciones por si la recesión se prolonga y las entidades financieras se pensaran cerrar el 'grifo' a las viviendas protegidas. Por ese motivo, el Departamento de Madrazo ha planteado a las cajas vascas -que financian el 80% de las VPO de Eus-kadi- una solución novedosa: con cada crédito que concedan para un piso de protección a un adjudicatario solvente, el Gobierno vasco suscribiría una póliza para cubrir una eventual situación de desempleo. Como contrapartida, pediría a las cajas que concedan hipotecas al mismo ritmo que hasta la fecha.
El Gobierno vasco desconoce cuál será la respuesta a ese ofrecimiento. Esta misma semana, la BBK, la Kutxa y la Vital han expresado su rechazo a otra idea de Javier Madrazo: que la Administración autonómica ayude a los ciudadanos que se queden paro, cancelándoles la hipoteca de su piso del mercado libre, pero a condición de que la entidad financiera renuncie al 20% del capital pendiente. No obstante, las cajas vascas sí han acordado con el Ejecutivo autónomo suavizar los tipos de interés de los préstamos de las VPO.
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