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Una promoción de viviendas en el barrio baracaldés de Lutxana. / JORDI ALEMANY
¿Por qué Euskadi resiste mejor la crisis?
El frenazo económico

¿Por qué Euskadi resiste mejor la crisis?

La particular estructura productiva del País Vasco, con mayor peso de la industria y menor de la construcción, explica la diferencia

ANA BARANDIARAN

Domingo, 24 de agosto 2008, 15:25

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Cada dato nuevo que se publica confirma que el País Vasco está resistiendo mejor que España las embestidas de la crisis. Ya sean estadísticas de crecimiento, laborales, del sector servicios o de comercio exterior, la conclusión siempre es la misma: Euskadi supera la media nacional. La explicación más lógica a esta aventajada posición es que la industria tiene un mayor peso en la economía vasca, mientras que el de la construcción es menor. No hay que olvidar que la principal causa del actual declive es el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, agravado por la falta de liquidez a escala internacional.

Los políticos, sin embargo, no dejan pasar la oportunidad de utilizar este 'hecho diferencial' a su favor. El Gobierno de Ibarretxe, que se encuentra en plena campaña en defensa de su consulta soberanista, no duda en atribuirse parte del éxito y asegura que, con más autonomía, las cifras serían aún mejores. Mientras, la oposición alerta de que la comunidad vasca adolece de problemas que, a la larga, pueden ser incluso más letales que la actual coyuntura.

«El sistema productivo de Euskadi es más moderno y equilibrado y eso, al menos en parte, se debe a la labor de la Administración, por sus años de apoyo a la innovación», subraya Pedro Aspiazu, portavoz económico del PNV en el Congreso. «Lo que está manteniendo el alto ritmo de actividad aquí es el gasto público porque hay mucho dinero gracias al Concierto Económico», matiza el presidente del PP en Vizcaya, Antón Damborenea, una tesis que comparte Mikel Torres, miembro de la ejecutiva del PSE-EE y alcalde de Portugalete.

El caso es que por razones históricas, e incluso físicas, Euskadi cuenta con un modelo económico diferente al del resto de España, que está dando mejores resultados en el presente contexto. Para empezar cabe reseñar su tradición industrial, una característica que ahora se considera una virtud pero que en el pasado le ha deparado graves dificultades como las reconversiones de los astilleros y la siderurgia en los 80. Debido a estos duros procesos, la industria ha ido perdiendo peso en los últimos años, pero todavía aporta un 26% de la riqueza, frente al 16% que alcanza en la economía española y, además, se ha modernizado de forma notable. La construcción, en cambio, representa el 8%, por debajo del 11% de la media nacional. En el empleo se repiten estos mismos porcentajes, lo que ha permitido que el paro se mantuviera en Euskadi en el 5,6% mientras se disparaba en el conjunto del país hasta el 10,4% como consecuencia del frenazo inmobiliario.

CRECIMIENTO

No sólo de cemento vive la economía

Todavía no es posible comparar los datos del segundo trimestre, cuando la crisis se evidenció en toda su crudeza en la economía de España, cuyo crecimiento se redujo al 1,8% -el incremento fue sólo del 0,1% en relación al período enero-marzo-. En el primer trimestre, la tasa se situó en el 2,7%. La del País Vasco llegó al 3,1%.

El desplome de la construcción, que en junio cayó un 16%, fue la principal causa del parón en la actividad nacional. Este sector también pierde fuelle en Euskadi, aunque de forma más moderada porque tampoco había alcanzado los registros del resto del país. «Aquí la construcción ha estado constreñida por la Ley del Suelo», apunta Damborenea. «En el País Vasco apenas hay desarrollo de segundas viviendas y la inmigración también es menor que en otras zonas. Aunque hubiésemos querido vivir un 'boom', no lo habríamos tenido», añade Torres. Aspiazu protesta ante estas aseveraciones: «Pues menos mal que no ha habido tanta especulación. El Gobierno de Madrid debería haber alertado de que nos encontrábamos ante una burbuja inmobiliaria peligrosa que podía estallar».

Pero lo más significativo es que el resto de sectores, también muy afectados por la crisis financiera y la escalada del petróleo, muestran una mejor evolución en Euskadi que en el resto de España. La actividad industrial ha caído un 6,1% en la comunidad frente al 9% de media, según las estadísticas del INE. En los servicios, más de lo mismo: el retroceso se limita al 1,9%, muy por debajo del 4,8% del conjunto del país. En opinión de la catedrática Mari Carmen Gallastegi, estas cifras revelan que «hemos cambiado algo estructural en nuestra productividad». «Tradicionalmente, el País Vasco ha sufrido de forma más acusada los ciclos debido a su reducido tamaño: en épocas de bonanza, crecíamos más, y en las etapas depresivas, lo pasábamos peor. Ahora no está ocurriendo así y, aparte del hecho de que la construcción tiene un menor peso en la economía vasca, creo que también influyen los esfuerzos que se han realizado en materia de productividad y modernización», explica la ex consejera de Economía del Gobierno vasco.

Gallastegi también reconoce la gran contribución del gasto público al sostenimiento económico. El propio Eustat -la oficina de estadística vasca- destaca en el informe sobre el crecimiento en el primer trimestre que «la fortaleza del consumo de las administraciones públicas ha hecho mantener un alto ritmo de actividad».

EMPLEO

La tasa de paro nacional dobla a la vasca

El mercado laboral es donde más evidentes se hacen las diferencias entre el conjunto nacional y la comunidad autónoma vasca. Debido al desplome de la construcción, la cifra de parados se ha disparado en España hasta rebasar los 2,4 millones, lo que sitúa la tasa de paro en el 10,4%. En Euskadi se mantiene en la mitad -5,6%-.

Es más, la última Encuesta de Población Activa (EPA) revela que el País Vasco sigue generando empleo a un ritmo considerable, hasta el punto de que en el segundo trimestre aportó la mitad de puestos de trabajo creados en España -11.800 de un total de 22.900-.

La causa de este mejor comportamiento hay que buscarla, una vez más, en el diferente sistema productivo. La industria genera en Euskadi el 25% del empleo y la construcción, sólo el 9%. En España los porcentajes son del 16% y el 13%, respectivamente.

El popular Damborenea advierte de que la menor tasa de paro registrada en el País Vasco se debe, en gran medida, a que es la comunidad en la que menos crece la población activa, es decir, las personas dispuestas a trabajar. «Hay menos natalidad. Mucha gente con estudios se marcha fuera y llegan menos inmigrantes. El resultado es una sociedad de jubilados y ese es nuestro gran déficit de futuro. ¿Quién pagará los impuestos mientras crece el gasto social?», denuncia.

Los datos avalan estos temores. La población activa sólo crece un 0,61% en la comunidad autónoma vasca frente al 3,07% de la media. Así, es lógico que la tasa de desempleo sea menor, dado que es el cociente entre la población parada y la activa.

INFLACIÓN

Una enfermedad compartida

En materia de inflación, no hay apenas diferencias. En el Índice General de Precios, el País Vasco únicamente puede presumir de anotarse una décima menos que el conjunto español: un 5,2% frente al 5,3%, que es la tasa más elevada desde 1992. Este nivel tan alto es uno de los principales puntos débiles tanto de la economía vasca como de la española, por mucho que se pueda atribuir parte de la escalada al encarecimiento del petróleo, un mal que afecta a todos los países desarrollados.

En los precios industriales, Euskadi sale peor parada que la media nacional, con un incremento del 11,6% frente al 9%, según datos del INE del mes de junio -el Eustat maneja sus propias estadísticas en esta materia-. Para Manuel Uriarte, secretario de Economía del PP vasco, estas fuertes subidas «podrían ser síntoma de pérdida de competitividad».

COMERCIO EXTERIOR

Mayor equilibrio en las cuentas autonómicas

Euskadi disfruta de un mayor equilibrio en sus cuentas con el exterior. Las últimas estadísticas, conocidas esta misma semana, así lo recogen. Las exportaciones casi igualan a las importaciones en lo que va de año, mientras que en el conjunto de España el déficit no para de crecer. A estas alturas ya suma 51.500 millones, lo que equivale al 5% del PIB.

Pese al impacto de la crisis en toda Europa, principal destino de las exportaciones, el País Vasco incrementó sus ventas un 4,1% en junio, mientras que en el resto cayeron en ese mismo porcentaje. El problema es que también las importaciones están creciendo a un mayor ritmo debido al encarecimiento de los productos energéticos.

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