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Alan García celebró ayer la independencia del país. / EFE
Alan García se hunde en las encuestas pese al despegue económico de Perú
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Alan García se hunde en las encuestas pese al despegue económico de Perú

El mandatario cumple su segundo año de gobierno sin convencer al país por el elevado índice de pobreza

MILAGROS LÓPEZ DE GUEREÑO

Martes, 29 de julio 2008, 10:42

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Terrible paradoja la que padece el presidente de Perú, Alan García, al cumplir dos años de mandato: el crecimiento del país es de los mayores de América Latina, un 8% de media, pero su popularidad cae en picado y apenas un 26% de la población le apoya. No son pocos los peruanos que temen un regreso al pasado.

Alan Gabriel Ludwing García Pérez llegó por primera vez al poder en 1985. Tenía 35 años y se convertía así en el mandatario más joven de la historia peruana, camelando al 90% de la ciudadanía. Cinco años después, abandonaba el cargo completamente desprestigiado a causa de errores económicos que dejaron al país en la bancarrota, una hiperinflación de más del 7.500%, y a la mitad de los 27 millones de peruanos en la pobreza.

Contra muchos pronósticos y reservas, dieciséis años después levantó el vuelo entonando su particular 'mea culpa'. Llegó a confesar que el poder le «mareó» y anunció que «tenía una cita con la historia para resarcir sus errores».

Más maduro, llegó hace dos años a su segunda gestión con la lección aprendida. Y en los dos primeros años de los cinco que establece la Carta Magna, el 'Goliat' -mide 1,92 metros- del APRA ha cambiado la imagen del país. Las cifras macroeconómicas hablan por sí solas: el PIB creció un 8,9% en 2007 y un 7% en 2006, y se estima que en 2008 superará el 8%.

A sus 59 años, el abogado y doctor en Derecho y Sociología por la Complutense de Madrid y la Sorbona ha aplicado discursos y métodos neoliberales -defiende el libre mercado y la inversión extranjera- para mantener una alta tasa de crecimiento y una inflación estabilizada en torno al 5,7%, la más baja del continente suramericano.

Opiniones contrarias

Su Gobierno logró que la consultora Fitch y la calificadora de riesgo Standard Poor's recomendaran a las firmas extranjeras invertir en el país. Además, el congreso estadounidense aprobó el Tratado de Libre Comercio bilateral que entrará en vigor en 2009 y la pobreza ha bajado y se sitúa en un 39%, según un informe del estatal INEI avalado por el Banco Mundial.

Pero este reconocimiento internacional no tiene paralelismo internamente, donde las encuestas de opinión le son adversas a causa de la subida del precio de los alimentos y del temor a verse de nuevo afectados por la inflación.

El último sondeo, realizado este mes por la empresa Ipsos Apoyo, le otorga cuatro puntos menos que en junio, es decir, que casi un 70% de los peruanos le suspenden. Los encuestados no han considerado un atenuante el hecho de que el Ejecutivo ha soportado al menos 14 huelgas y uno de los terremotos más devastadores de la historia.

Sus adversarios tampoco se quedan callados. El líder nacionalista, Ollanta Humala, su rival en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2006, aseguró que «Alan García no ha logrado convencer a los peruanos». Insistió en que «la riqueza de nuestro suelo está destinada a favorecer al capital extranjero». No es el único que se pregunta cómo siendo Perú la decimonovena nación más extensa del planeta y teniendo las riquezas naturales que tiene, los pobres no mejoran su situación. Los niveles de salud y educación siguen siendo deficitarios.

La nación tiene una diversidad climatológica muy rica. Y sus principales riquezas son: la minería, especialmente el cobre, la agricultura variada y la pesca en aguas del Pacífico, que constituye una de las mayores reservas del planeta. Además, Perú es uno de los principales exportadores de harina de pescado.

Con todo, tampoco respalda su gestión su predecesor, el ex presidente Alejandro Toledo, quien sostiene que a él le pertenece parte del éxito económico actual porque colocó las bases. A su juicio, «la inflación y las cuentas corrientes por la caída del volumen de exportaciones» son un peligro que beneficia a «una minoría».

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