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FERNANDO PESCADOR
Viernes, 30 de mayo 2008, 11:06
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La Comisión europea mostró ayer una total ausencia de sensibilidad política ante una patata caliente como las protestas de transportistas y pescadores, a cuenta de los precios del petróleo. El comisario Borj, responsable de Pesca, salió al paso de la agitación de los pescadores franceses, que está extendiéndose por todos los países europeos con los mismos problemas, manifestando que lo que hay que hacer es reestructurar las flotas, porque «las dificultades que el sector pesquero afronta enraízan en el desajuste estructural entre el tamaño de las flotas y las posibilidades de mantener las actividades pesqueras a un nivel sostenible». De las razones de un petróleo a 130 dólares, nada; si acaso, que la situación parece que va para largo.
Borj dijo estar dispuesto a colaborar con armadores y Estados miembros en la creación de flotas más pequeñas y menos derrochadoras de combustible, y calificó las subvenciones al gasóleo de solución falsa al problema, lo mismo que un eventual incremento de cuotas que permitiera a los pescadores ingresar más por capturas para hacer frente a la subida de los carburantes.
El comisario arremetió también contra las ayudas para hacer frente a la crisis, «que deberían verse limitadas a un mínimo», y cuyo objetivo no puede ser otro que «mantener a flote a una empresa en dificultades para acometer un plan de reestructuración o de liquidación».
Pactos discretos
La Comisión Europea parece estar desempeñando el papel de 'malo' en esta crisis del petróleo. Defiende posiciones pactadas por los Estados miembros, en ocasiones a espaldas de sus opiniones públicas, como sucede con los acuerdos de Manchester que se invocan estos días y que fueron adoptados en un consejo informal de Economía y Finanzas cuando el precio del crudo rondaba los 70 dólares.
A esos acuerdos se refirió hace dos días el comisario Almunia, cuando negó la oportunidad de los planes de Sarkozy de estabilizar los ingresos a través de la fiscalidad indirecta (el IVA) de los carburantes.
Mientras tanto, los reiterados llamamientos del Ecofin y de la Comisión Europea a favor de unos mercados del crudo más transparentes no han dado fruto alguno.
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