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DISCURSO DEL PRÍNCIPE FELIPE DE BORBÓN

«Es urgente promover los valores humanos»

PPLL

Miércoles, 2 de abril 2008, 04:14

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Ante todo quiero agradecer al Presidente de Vocento su invitación para presidir, junto a la Princesa, este acto de entrega del Premio Vocento a los Valores Humanos en su undécima edición. Gracias, presidente, por tus palabras.

Permítanme mencionar que este acto se celebra en un día que tiene un significado muy especial para nosotros y para toda mi familia, al cumplirse el décimo quinto aniversario del fallecimiento de mi querido abuelo, el Conde de Barcelona, a quien recordamos con emoción, cariño y gratitud.

Con nuestra presencia queremos expresar el apoyo de la Corona a la labor de patrocinio e impulso a los grandes valores humanos que persiguen estos premios. Unos premios creados por Vocento para distinguir los méritos de las personas e instituciones que, con su vida, trayectoria o actividades, son un ejemplo claro para los demás.

La promoción de los valores humanos en el mundo y en cada una de nuestras sociedades es, sin duda, una de las tareas más urgentes, necesarias y acertadas. Una tarea en la que todos debemos sentirnos involucrados, con la convicción de que en el fomento incansable de las mejores virtudes del ser humano, como persona y como ser social, titular de derechos y libertades fundamentales, radica la mejor garantía para asegurar la paz, la justicia, el progreso y la convivencia colectiva (...). Precisamente, estos premios persiguen difundir e impulsar ejemplos de valores humanos en nuestra sociedad, para combatir ese riesgo de deshumanización permanente en que, como decía Ortega y Gasset, vive el hombre.

En esta edición de 2007 el ejemplo nos lo aportan la vida y obra de los dos galardonados con el Premio Vocento a los Valores Humanos. Dos personalidades tan relevantes como el padre jesuita monseñor Enrique Figaredo, modélico, abnegado e incansable defensor de grandes causas en Asia, y don Daniel Barenboim, genial y brillante músico, al tiempo que admirable y tenaz luchador por la paz.

El padre Figaredo es un gran impulsor de la solidaridad y los derechos humanos. Ha sabido dedicar su vida a ayudar a los más desfavorecidos, entregándose a ellos con una generosidad encomiable y ejemplar. Desde que fuera destinado a Asia (...) ha desarrollado una labor humanitaria sobresaliente, que merece el mayor reconocimiento y la gratitud de todos. Una labor por la que en 2004 recibió la Gran Cruz de la Orden Civil de la Solidaridad de manos de su majestad la Reina, quien en febrero pudo comprobar in situ la dimensión de la obra del padre Figaredo cuando visitó los proyectos de la Cooperación Española en Camboya.

De nuestro premiado, destaca el trabajo que realiza en el ámbito de los servicios sociales y de la educación, tanto en Camboya como en la vecina Tailandia, a favor de tantos refugiados y mutilados de guerra. (...) Allí ha abierto nuevas oportunidades para tantas vidas desgarradas por la crueldad, la miseria y el infortunio. Vidas de tantos jóvenes que, gracias al esfuerzo y compromiso de Figaredo, llegan a recuperar la sonrisa y la esperanza.

Su profunda e intensa vocación al servicio de la dignidad humana se convierte así en un inmenso caudal de solidaridad (...). Y su grandeza de corazón se traduce en la definición que él mismo hace de su misión: «Lograr que la vida sea una fiesta para todos», especialmente para los niños. Hoy le dedicamos, por ello, nuestro mayor afecto y admiración y le felicitamos por este premio (...).

Nuestro segundo premiado, don Daniel Barenboim, ha sabido volcar su extraordinario prestigio internacional como pianista y director de orquesta, en una incansable lucha a favor de la paz y de la reconciliación entre palestinos e israelíes. No sólo se ha propuesto fomentar la coexistencia pacífica entre ambos pueblos, sino que ha querido llegar mucho más lejos. Está profundamente persuadido de la capacidad de la persona -cualquiera que sea su origen nacional- para el entendimiento y la amistad. Entendimiento y amistad nacidos de la ilusión profesional y del trabajo compartidos, bajo el aliento de la formidable trascendencia de la música y de su poder de integración.

Una convicción que cultivó con Edward Said, con quien desarrolló un valioso intercambio de ideas y opiniones (...). A Said también hoy le dedicamos un recuerdo muy especial y emocionado.

Entre esas iniciativas, permítanme destacar el West-Eastern Divan Workshop, por el que ambos recibieron el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2002 (...). Hoy, como entonces, quiero reiterar al maestro Baremboin los mejores deseos «de fructífera continuidad en su ambición de concordia -que todos compartimos- por una tierra dolida por la historia y tan herida en su presente».

Creo oportuno recordar, además, sus lazos de afecto con España, que se intensificaron, aún más, cuando el Divan decidió situar su hogar permanente en Sevilla. Y el cariño que siente por nuestro país le llevó a ofrecerse para dirigir el concierto en homenaje a las víctimas del brutal atentado terrorista del 11 de marzo, que se celebró en la Plaza Mayor de Madrid en 2004.

En definitiva, el profundo sentimiento humanista que marca su exitosa trayectoria musical, su permanente e intensa pasión por la paz merecen, más que de sobra, que le dediquemos nuestra felicitación sincera y calurosa, llena de reconocimiento y gratitud.

El jurado que ha elegido a ambas personalidades ha mostrado una gran sensibilidad al señalar el mérito, tanto de quienes tratan de resolver en la medida de sus fuerzas los conflictos, como de quienes trabajan silenciosamente en favor de los abandonados y relegados en zonas duramente castigadas y empobrecidas por las guerras.

Por tanto, felicidades al jurado por la elección acertada de monseñor Enrique Figaredo y don Daniel Baremboim, que enriquecen notablemente el elenco de los galardonados en otras ediciones. Con ellos, Vocento contribuye a difundir los valores de índole humanitaria que realzan y fortalecen nuestra muy preciada convivencia democrática. Gracias por hacerlo y os animo a perseverar en esa noble labor que supone fomentar los valores humanos al servicio de la construcción de un mundo más solidario y de una España cada vez mejor. Muchas gracias.

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