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J. L. D.
Jueves, 24 de enero 2008, 04:00
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El magistrado titular del Penal número Uno ha impuesto una multa de 120 euros, por una falta de hurto, a un paciente que durante su ingreso en el Hospital Provincial de Logroño sustrajo al descuido tres teléfonos inalámbricos de comunicaciones internas y un otoscopio que se encontraban en distintos puestos de control de la planta.
El acusado, que en enero de 2006 se encontraba ingresado en una habitación de la segunda planta, aprovechó sus frecuentes paseos por la misma y otras dependencias del centro hospitalario para llevar a cabo su acción de madrugada.
Cuando las enfermeras fueron alertadas ante la desaparición de una cabina telefónica que había en la segunda planta, se percataron igualmente de la desaparición de los teléfonos, hecho que comunicaron a la Policía Nacional.
Diferentes llamadas a los teléfonos sustraídos permitieron detectar que uno de ellos se encontraba escondido en el falso techo y otro en el descargador de la bacinilla que el acusado tenía en su habitación. Tras un registro pormenorizado de la misma los agentes hallaron el otoscopio, que se hallaba oculto en la parte trasera del televisor.
La cabina telefónica, agrega la sentencia en sus hechos probados, fue encontrada rota en el patio interior situado inmediatamente debajo de la habitación 217, mientras que el cajetín con las monedas se localizó en el interior del armario de esa misma habitación, que ocupaba otra persona actualmente en rebeldía y con la que en alguna ocasión esa misma noche se había visto al acusado en sus paseos por el centro.
En el acusado concurre la agravante de reincidencia, toda vez que había sido condenado por robo en otras dos ocasiones.
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