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D. G.
Domingo, 26 de agosto 2007, 04:30
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-Hace un año por estas fechas, ¿seguía siendo optimista respecto a la evolución del proceso de paz o ya intuía que todo podía irse al traste?
-Era optimista, como la inmensa mayoría de la sociedad vasca, porque parecía que íbamos a acabar con el problema de la violencia. Y los que frustran este optimismo son los mismos de siempre: los terroristas y quienes les acompañan desde la política. Pero es verdad que por aquel entonces hubo síntomas preocupantes. Todas esas exigencias que habían desaparecido volvían a ponerse encima de la mesa.
-¿Qué encendió las luces de alarma?
-El comunicado que ETA emitió a mediados de agosto. Ahí empezamos a ver que no era posible. Estábamos pasando de lo de Anoeta o la declaración de alto el fuego, donde no había condiciones, a un texto en el que se volvían a poner encima de la mesa exigencias políticas como la autodeterminación o la territorialidad.
-¿Les cogió por sorpresa o alguien les puso sobreaviso?
-Estas cosas las puedes temer, pero como teníamos la sensación de que esta vez iba en serio, sí se puede decir que nos cogió por sorpresa. Aunque es verdad que de una banda terrorista te puedes esperar todo.
-Todo lo que ha rodeado al proceso y a su ruptura, ¿le ha ocasionado demasiado desgaste?
-No sé si ha habido desgaste o no, pero me da igual. Había una oportunidad de lograr la paz y había que intentarlo. Cuando te embarcas en estas cosas, te puedes quemar.
-Las cosas cambian muy rápido. Hace un año parecía que Otegi y usted podían pasar a la historia como dos de los principales artífices del final de la violencia en Euskadi. Doce meses después, ETA vuelve a atentar, él está en la cárcel y usted a punto de sentarse en el banquillo de los acusados, precisamente, por reunirse con el líder abertzale.
-Otegi está en la cárcel y no pasa nada. Y respecto a mí, yo siempre respeto los procesos judiciales, pero me parece esperpéntico que nos sentemos en el banquillo de los acusados por una reunión que permitió un juez de la Audiencia Nacional.
-Si finalmente se sienta en el banquillo, ¿le acarreará algún coste interno en el PSE?
-Solidaridad y apoyo. En el partido todo el mundo entiende lo que hicimos. En todo caso, habrá indiginación contra el PP por llevar a los tribunales a su rival político.
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