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Gorka Iraizoz, en Papendal.
Iraizoz ya trabaja bajo la lluvia de Papendal
ATHLETIC

Iraizoz ya trabaja bajo la lluvia de Papendal

El meta navarro completó ayer en Holanda su primer entrenamiento y podría jugar mañana contra el Vitesse

R. BASIC

Viernes, 10 de agosto 2007, 04:26

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Hacía un día de perros ayer en Papendal. El cielo encapotado, plomizo y deprimente; lluvia incesante y una temperatura propia de los meses otoñales. Sólo faltaba el viento helado para que la sensación térmica fuera invernal. Aun así, el cuerpo técnico estaba encantado con la meteorología. «Es mucho mejor trabajar en estas condiciones que con el sol y el calor», explicó Carlos Meléndez, preparador de los porteros y el hombre encargado de poner a punto a Gorka Iraizoz, el flamante fichaje rojiblanco que llegó a Holanda el pasado miércoles después de su presentación en San Mamés.

Caparrós había programado el entrenamiento a las diez de la mañana, pero los jugadores no pisaron el césped hasta las 10.30 horas. Hubo «charla». El partido contra el Babberich el pasado miércoles fue bastante flojo -el Athletic ganó con dos goles de rebote a un ercera división- y mañana espera el Vitesse, el 'examinador' oficial del potencial rojiblanco en las tierras holandesas. La relajación y el cansancio son dos términos vetados en el diccionario del técnico utrerano. Pero la noticia de la jornada de ayer fue la primera sesión de trabajo de Gorka Iraizoz en Papendal. El guardameta navarro 'probó' el barro del campo E -lugar asignado a la expedición rojiblanca- y se ejercitó a un buen ritmo junto a Dani Aranzubia y Raúl Fernández a las órdenes de Carlos Meléndez.

Los últimos días en la vida deportiva de Iraizoz han transcurrido a la velocidad de vértigo. El pasado lunes, los móviles echaban humo y la conexión telefónica entre Bilbao y Barcelona estaba en permanente funcionamiento. El portero navarro ya había tomado la decisión de enfundarse la elástica del Athletic, con el visto bueno de la directiva 'periquita', pero había que convencer a Lafuente para que se fuera cedido al Espanyol. El martes, el guardameta de Retuerto dio el sí definitivo -«el año que viene volveré», avisó antes de abandonar Holanda- y la operación siguió por los cauces de la normalidad. Ya el miércoles, el nuevo inquilino de la portería rojiblanca fue presentado en San Mamés y, esa misma tarde, voló a Papendal para unirse al grupo. Ayer, con la zamarra rojiblanca empapada en sudor y barro, completó su primera sesión. Será muy interesante comprobar qué minutos le brindará Caparrós en el choque de mañana contra el Vitesse.

Volver a casa

De camino al campo de entrenamiento, Iraizoz iba junto a Carlos Gurpegui. El buen humor preside la concentración rojiblanca, aunque la estancia ya empieza a hacerse larga y los jugadores esperan con impaciencia medirse al Vitesse para, justo después del partido, coger el vuelo charter y regresar a casa.

En cuanto empezaron a funcionar los flashes y sonar los disparos de la cámaras, salió la vena cómica del centrocampista navarro: «Muchas fotos le hacéis, pero éste no para ni taxis». Las risas resonaron entre los presentes. Pero, ya sobre el césped, las bromas dejaron paso a una exigente jornada de trabajo específico. Muchos lanzamientos a corta distancia, estiradas pasadas por agua y paradas a bocajarro. Más de una hora y media después, la sesión matutina había tocado a su fin. Iraizoz ya es uno más de la plantilla.

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