Cara de satisfacción al ver a sus bebés nadando como pececillos. Mientras sus retoños se zambullen en la piscina una planta más abajo, los papás siguen sus avances desde la cafetería. Un servicio único que ofrece esta piscina de exclusivo uso infantil. Los pequeños aprenden a flotar, a propulsarse y a sobrevivir en caso de accidente. Lo que más preocupa a los padres. Se gana seguridad y una mejora visible en el desarrollo psicomotor de los más pequeños. Los ocho meses es una buena edad para empezar. Con cariño y juego, los idiomas que mejor entienden los niños,...