Hoy las calles de alicante se han convertido en un gigantesco taller de hogueras. son los últimos retoques antes de la Plantá. Mientras unos trabajan a destajo y soportando casi treinta grados de temperatura, otros, la gran mayoría observa la majestuosidad de los monumentos. Porque gustar gustan y mucho. A turistas y a alicantinos. Para ellos las hogueras son un orgullo. Han estado esperando todo el año para contemplar estos monumentos que derrochan sobretodo ingenio. El mismo ingenio que años anteriores, pero con menos presupuesto porque este año la crisis se ha notado. Con todo, el reloj se ha...