La zona de Mallorca golpeada por el último atentado de ETA vuelve a la normalidad. Palmanova, en Calviá, sigue repleta de turistas. Como cualquier otro día, extranjeros y nacionales hacen su vida normal, van a las playas, trabajan y disfrutan del clima. Todos coinciden en que los terroristas no pueden marcarles el ritmo de sus vidas.