Tres meses después del incendio que provocó un pirómano de 65 años en la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona, han finalizado los trabajos de restauración de la sacristía, donde tuvo lugar el fuego que obligó a desalojar a 1.500 visitantes del templo. A consecuencia del incidente, de manera paralela a los trabajos de restauración se han reforzado las medidas de seguridad del templo, que cuenta ahora con tres nuevas cámaras en los accesos y cuatro interiores. En total se han invertido 300.000 euros para preservar el patrimonio del célebre arquitecto Antonio Gaudí.