Borrar

Tauromaquia francesa

Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

Domingo, 24 de junio 2018, 00:45

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

ANNE-CHRISTINE POUJOULAT - AFP
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

ANNE-CHRISTINE POUJOULAT - AFP
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

ANNE-CHRISTINE POUJOULAT - AFP
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

ANNE-CHRISTINE POUJOULAT - AFP
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

ANNE-CHRISTINE POUJOULAT - AFP
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

ANNE-CHRISTINE POUJOULAT - AFP
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

ANNE-CHRISTINE POUJOULAT - AFP
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

ANNE-CHRISTINE POUJOULAT - AFP
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

ANNE-CHRISTINE POUJOULAT - AFP
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

ANNE-CHRISTINE POUJOULAT - AFP
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

ANNE-CHRISTINE POUJOULAT - AFP
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

ANNE-CHRISTINE POUJOULAT - AFP
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

ANNE-CHRISTINE POUJOULAT - AFP
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

ANNE-CHRISTINE POUJOULAT - AFP
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

ANNE-CHRISTINE POUJOULAT - AFP
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

ANNE-CHRISTINE POUJOULAT - AFP
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

ANNE-CHRISTINE POUJOULAT - AFP
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

ANNE-CHRISTINE POUJOULAT - AFP
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

ANNE-CHRISTINE POUJOULAT - AFP
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

ANNE-CHRISTINE POUJOULAT - AFP
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.
Parte de la vida en las pequeñas ciudades de la Camarga, en Francia, gira en torno a los toros y cada pueblo tiene su propio festival taurino en verano, con corridas y muchos eventos en las calles. En Le Cailar, una localidad en el distrito de Nimes, un monumento funerario recuerda con una fotografía a «Le Sanglier,» un toro de lidia, que vivió entre 1916 y 1933. El Centro Francés de Tauromaquia sigue cultivando la pasión por la tauromaquia, y cada miércoles y sábado organiza una práctica con jóvenes aficionados en la placita de Garons, cerca de Nimes. Las fotografías han sido tomadas en esta localidad y en Franquevaux.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios