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Un repaso a los parricidas más crueles en España

No es el primero ni será el último. El caso del pequeño Gabriel cierra de momento la lista de crímenes cometidos en el ámbito del hogar por los progenitores o sus parejas. Estos son solo algunos ejemplos

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Miércoles, 14 de marzo 2018

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    Txurdinaga: Asestó 24 puñaladas a su hijo de 4 años

    Luis Calabor

    El crimen conmocionó en 1999 a la sociedad vizcaína por la crueldad del acto y la corta edad de la víctima, 4 añitos. Su padre, José Miguel H., de 34 años, se encerraba con el pequeño en el cuarto de baño de su domicilio del barrio bilbaíno de Txurdinaga y le asestaba 25 puñaladas con un cuchillo de cocina de diez centímetros de filo. Su mujer y el niño mayor, de solo cinco, asistían al otro lado de la puerta, impotentes, al crimen. «He matado al crío, ahí lo tienes», espetó el hombre al salir. En tratamiento por esquizofrenia paranoide, fue condenado en 2001 a pasar quince años en un psiquiátrico.

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    Bretón: Quemó a sus dos hijos y fingió durante días que se habían perdido

    E. C.

    Este terrorífico caso tiene muchos paralelismos con el del 'pescaíto'. José Bretón, el padre de Ruth y Gabriel, de 6 y 2 años, también fingió en 2011 que los pequeños se habían perdido, mostró su desasosiego -aunque de forma mucho menos teatral que Ana Julia Quezada- y colaboró en la búsqueda. Bretón fue detenido a los diez días ante las numerosas contradicciones en las que incurrió. Tras meses de búsqueda quedó demostrado que los restos óseos hallados en una finca familiar -que en un primer momento habían sido erróneamente considerados de origen animal- eran de los pequeños. La pira funeraria en la que los calcinó era tan potente que obstaculizó su correcta identificación. Cumple 40 años de cárcel. Su móvil fue la venganza contra su mujer, que había decidido divorciarse de él.

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    Iñaki Bilbao: Mató a golpes con una barra de hierro a las pequeñas Amets y Sara

    Como José Bretón, el basauritarra Iñaki Bilbao Aizpurua, de 55 años, también planificó el asesinato a sangre fría de sus hijas, Amets y Sara, de 9 y 7 años, para vengarse de su mujer, que le había denunciado por maltrato. Ocurrió en 2014 en Soto del Barco, Asturias, donde la pareja había residido varios años y había regentado un local de hostelería. Las mató aprovechando las dos horas de visita a las que tenía derecho y que la madre, Bárbara, había recurrido. Pero el juez no le consideró un hombre violento y desestimó la reclamación. Las asesinó a golpes, con una barra de hierro envuelta en papel de regalo. Después se suicidó tirándose por un puente.

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    Santomera: Ahogó a sus hijos con el cable del móvil y luego les lloró en el funeral

    Israel Sánchez

    Francisco Miguel y Adrián Leroy, de 6 y 5 años, amanecieron asfixiados en la cama de matrimonio del domicilio familiar de Santomera (Murcia). «¡Me los han matado, me los han matado!», sollozó a la Guardia Civil la madre de las criaturas, Francisca González. Argumentó un hipotético asalto en su domicilio, del que no se había enterado porque los supuestos atacantes le habían rociado con un spray paralizante. Tras el funeral, en el que se mostró desolada junto a su marido y padre de los pequeños, fue detenida: les había ahogado con el cable del cargador del móvil para acusar daño a su marido, que le era infiel. Ya ha salido de prisión tras cumplir 14 años de cárcel.

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    Caso Asunta: Sedaron y asfixiaron a su hija de 12 años sin móvil aparente

    Otra interpretación de padres dolientes digna de premio Goya la que llevaron a cabo los padres de la pequeña Asunta, la niña de 12 años que apareció muerta en un camino forestal de la localidad gallega de Teo en 2013. En el juicio que les condenó a 18 años, quedó probado que ambos urdieron un plan para acabar con la pequeña, adoptada en China cuando era un bebé: la sedaron con tranquilizantes y luego la abandonaron en un camino próximo a un finca familiar. Tras meses de pesquisas policiales y una amplia investigación judicial, sobre el caso sobrevuelan numerosas incógnitas, la principal el móvil. Porque ¿qué pudo llevar a unos padres de familia acomodada y sin trastornos mentales a matar a un hija muy deseada a la que habían dado hasta entonces una vida privilegiada?

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    Parricida de Moraña: Degolló a sus hijas con una radial después de avisar a su exmujer

    Ostenta el dudoso honor de ser el primer condenado al que se ha aplicado la pena de prisión permanente revisable por el espeluznante asesinato de sus dos hijas, Candela y Amaia, de 9 y 4 años, en 2016. Tras drogarlas, David Oubel las mató con una sierra radial que utilizó para rebanarles el cuello en su casa de la localidad pontevedresa de Moraña. Antes avisó por teféfono a su exmujer de sus intenciones. Detrás de la historia había un complicado divorcio, el reconocimiento de la homosexualidad del acusado -una circunstancia que le llevó a enfrentarse con su entorno más próximo- y las intenciones de la exesposa de mudarse al extranjero con las niñas. «He hecho algo cuando estaba en una situación límite y de lo que me arrepiento y que ya no tengo manera de solucionar», dijo en el juicio que le condenó a 25 años, un plazo revisable.

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