Borrar

Goles entre rejas

Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Sábado, 16 de junio 2018, 00:45

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Baz Ratner - REUTERS
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Baz Ratner - REUTERS
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Baz Ratner - REUTERS
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Baz Ratner - REUTERS
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Baz Ratner - REUTERS
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Baz Ratner - REUTERS
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Baz Ratner - REUTERS
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Baz Ratner - REUTERS
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Baz Ratner - REUTERS
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Baz Ratner - REUTERS
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Baz Ratner - REUTERS
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Baz Ratner - REUTERS
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Baz Ratner - REUTERS
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Baz Ratner - REUTERS
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Baz Ratner - REUTERS
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Baz Ratner - REUTERS
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.
Como parte de su rehabilitación, los reclusos de la prisión de máxima seguridad de Kamiti, en la zona rural de Kenia, disputan su propia versión del Mundial de Fútbol, ​​con equipos que imitan la competición real. En el partido inaugural, bajo la atenta mirada de internos vestidos con uniformes a rayas azules y blancas, «Rusia» venció a «Arabia Saudí» por 5-0, el mismo resultado que se produjo horas antes entre las selecciones que disputaron el primer partido en Moscú. Byron Otieno, un recluso de 23 años, fue el jugador más destacado de este peculiar encuentro. Marcó dos de los cinco goles pero tendrá tiempo para mejorar: cumple condena por asesinato.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios