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Prueba cutánea para detectar alergias. Consiste en introducir en la piel una cantidad ínfima del posible alérgeno. EL CORREO
Las alergias se disparan y ya afectan al 30% de la población

Las alergias se disparan y ya afectan al 30% de la población

«Hay una epidemia de hipersensibilidad a los ácaros, al polen y a los alimentos», alertan los expertos

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Miércoles, 28 de marzo 2018, 00:39

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«Cuando yo iba a la escuela, en clase podíamos estar hasta cuarenta alumnos. ¿Cuántos eran asmáticos? Casi ninguno. Ahora, las clases son de veinte escolares y el 25% de ellos tiene ‘ventolín’ en la mochila». Así arranca la conversación con Pedro Gamboa, presidente de la sección de Alergias de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. «Estamos viviendo una epidemia de alergias: a los ácaros, al polen, a los alimentos. En los últimos diez años se han disparado las alimentarias y, en muchos casos, con síntomas graves», advierte este médico que ejerce en el hospital de Cruces y en el IMQ.

Su alarma no es gratuita. El 30% de la población española sufre algún tipo de alergia, según el último informe de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). Este estudio revela que cada año más de un millón de personas acude por primera vez a la consulta de un especialista. Al menos la mitad presentan rinoconjuntivitis o rinitis, cuyos síntomas son la mucosidad, congestión y picor nasales, estornudos, además de lagrimeo, escozor y enrojecimiento de los ojos. El causante de estas molestias es fundamentalmente el polen de las plantas. El segundo diagnóstico más común es el asma bronquial, que afecta al 23,4% de los alérgicos. La hipersensibilidad a algún medicamento o alimento suponen el 17,7% y el 10%, respectivamente.

La reacción dañina del organismo a nutrientes de lo más habituales sorprende a los propios especialistas. «Hace treinta años, la alergia a la leche o al huevo podían ser más o menos habituales, pero ahora cada vez es menos infrecuente encontrar personas que no admiten legumbres, cereales, pescados, frutos secos...», detalla Gamboa. Explicar este fenómeno no es fácil ni siquiera para los especialistas.

El efecto del polen

  • 1 millón de españoles acude cada año por vez primera a la consulta de un alergólogo. Seis de cada diez personas alérgicas presentan rinoconjuntivitis debido a los pólenes.

  • Una primavera leve La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) prevé para la cornisa cántábrica una primavera «leve» para los sensibles al polén, que en el caso del País Vasco procede fundamentalmente de las gramíneas, presente en mayo y junio.

  • El doble de afectados Según la SEAIC, en los últimos diez años se ha duplicado el porcentaje de personas afectadas por los pólenes más alergénicos. La causa parece hallarse en el efecto que la contaminación y el cambio climático tienen sobre los árboles.

«Se desconocen las causas. Hay una teoría según la cual se debe al estilo de vida occidental. Debido a la higiene excesiva, las vacunas, los antibióticos, el sistema inmunológico, al no tener que defenderse de infecciones, se activa frente a sustancias que, en principio, no deben causar daño, como el polen, los ácaros o los alimentos. Un ejemplo de que esta puede ser la causa son los amish, que viven como hace siglos: beben leche sin pasteurizar y los niños pisan los establos. Son el grupo humano con menos alergias».

Según la Asociación Española de Pediatría, entre el 6% y el 8% de los niños menores de cuatro años sufre alguna alergia alimentaria. Una vez que se identifica, la solución pasa por no ingerir ese producto. A partir de los seis años, «se debe ir introduciendo el alimento en dosis muy pequeñas hasta conseguir que el organismo no lo rechace».

Vacunas en dos años

Lo habitual -80% de los casos- es que se supere el problema. Si persiste, esa persona debe llevar siempre consigo un autoinyectable de adrenalina porque, en caso de ingerir un alérgeno, puede sufrir una reacción anafiláctica que le puede llevar a la muerte. En este sentido, el médico resalta la importancia de distinguir entre alergia e intolerancia. «Una persona intolerante a un alimento, como el gluten, va a tener problemas digestivos, pero su vida no corre peligro; la de un alérgico, sí».

Pedro Gamboa se muestra optimista respecto al futuro. «En Europa y en Estados Unidos se está haciendo un ensayo clínico de una vacuna contra la alergia al pescado y al cacahuete y los resultados son prometedores». También las personas que sufren asma alérgica grave tienen una esperanza. «De aquí a dos años -anuncia- van a salir nuevas formas de tratamiento que mejorarán su calidad de vida de forma importante».

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