Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Francisco Góngora
Miércoles, 6 de abril 2016, 12:08
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
Si George Brassens o Paco Ibáñez vinieran la víspera de San Prudencio a Vitoria se quedarían paralizados. No se moverían. Ellos se cansaron de cantar en París aquello de que «la música militar nunca me supo levantar». Sin embargo, a los alaveses les gusta este ...
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.